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El Gallinero

Una noche de las que hay que enamorarse

Aragón se mostró cómodo, muy superior, dominante y mágico. Perfecto de principio a fin con ‘Los peregrinos’. era, Martín y Julio Pardo mantienen la calidad

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  • Los peregrinos -

Noche de emociones fuertes la que deparó la segunda sesión de cuartos que ofreció sin duda la mejor de las 23 funciones hasta ahora celebradas sobre las tablas del Gran Teatro Falla. Reunir a Martín, Vera, Aragón y Pardo no se deleita todos los días.

Platos fuertes que desplegaron y que dejó claro que el Concurso se pone serio, mostrando todas las credenciales con los que van a estar - a priori- en lo más alto.

El primero en hacerlo fue la chirigota del Vera, que apostó por meter nuevas letras y le salió bien la jugada por la frescura con la que impregnó un pase en el que no ocultó su particularísima visión del Carnaval.

Eso sí, no hay otro autor que sepa gaditanear como lo hace Antonio Martín. Grupo nuevo que sabe a los ochenta y que pugna entre la juventud y la veteranía.

El “martinismo” saca toda su artillería en la intención de colarse en seminifinales. Como buen San Valentín, el amor que se le profesa venció sin tapujos a la idealización que se le tiene. Como Pardo que quiso defenser no solo a Andalucía, sino el tango.

Aunque el que dijo “aquí estoy yo” fue Juan Carlos. Memorable su actuación con letras y un mejor estilo con un credo que busca adeptos a su causa. Cómodo, superior, dominante y mágico. Perfecto con una definición completa del arte.

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