México lindo. Los mariachis de Julio Pardo reclaman su sitio, su lugar, en el que año tras año se posicionan como uno de los favoritos en la lucha final. Defienden un primero. Una balacera de coplas, de sentido y de sensibilidad llevaba a la máxima.
El tango soberano que recupera su gaditanismo y así lo cantan a los cuatro vientos y que después de un siglo “sigue siendo el rey”.
Defensa a ultranza de las tradiciones como la Semana Santa, avisando que el que no la quiera “es enemigo de nuestra tierra”. Sello ineludible de calidad contrastada de estos coristas.