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El Real Madrid vence con la cabeza en Lisboa

Cristiano Ronaldo no terminó el calentamiento y por precaución, el día que reaparecía, se marchó directamente a la grada

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El Real Madrid cerró una Liga que tiró desde su pase a la final de Liga de Campeones, con un encuentro sin historia ante el Espanyol, que dejó la preocupante noticia del estado de Cristiano Ronaldo y la lesión de Benzema y que decidió un buen gol de Gareth Bale y la generosidad de Di María (3-1).

No había comenzado el partido y el madridismo se llevaba la peor noticia de una tarde que tenía poco bueno que dejar. Cristiano Ronaldo no terminó el calentamiento y por precaución, el día que reaparecía, se marchó directamente a la grada. A una semana de la final de Liga de Campeones encendió unas luces de alarma que no se apagaron porque Benzema no pudo acabar el partido por lesión.

Con la presencia de Cristiano en el campo el partido habría sido diferente. Su ambición por conseguir goles que le dieran la 'Bota de Oro' en solitario, habría mejorado la imagen de un Real Madrid desenchufado que necesita recuperar la mejor de sus versiones para conquistar la 'Décima'.

La hazaña de Múnich dio paso a la peor racha liguera de la temporada. Los empates ante Valencia y Valladolid más la derrota en Vigo ante el Celta dejaron en anécdota la última jornada liguera en el Bernabéu, que tuvo poco más de media entrada para animar a sus jugadores antes de la deseada final europea.

Sin tensión competitiva pero con el Real Madrid con la necesidad de competir nació un partido en el que el mexicano Javier Aguirre cerraba su ciclo en el Espanyol. Cumplió el objetivo de la permanencia sin aspirar a más. Como en el encuentro del Bernabéu, donde perdió en un día en el que con más ambición podría haber conquistado el triunfo para que cerrar la campaña con buen sabor de boca.

Aprovechó el partido Ancelotti para probar en el centro del campo a Asier Illarramendi y Sami Khedira. La ausencia en la final de 'Champions' de Xabi Alonso deja un vacío enorme por cubrir. El elegido será 'Illarra' que ante el Espanyol regresó a su sitio natural y se le vio más cómodo. Al alemán le falta ritmo tras seis meses parado y le sobra voluntad, hasta se jugó la rodilla en la pelea por balones divididos.

El poco ritmo del duelo mostraba jugadores con ganas de competir y otros con ganas de que pasasen los minutos. Para Sergio Ramos no existen partidos intrascendentes, siempre que pisa un terreno de juego es para darlo todo. Tiró de su equipo desde atrás, encontrando la entrega de Marcelo que dio todo apurando sus opciones de titularidad en Lisboa más la velocidad de Di María y Bale.

De las botas de Marcelo nacían las primeras llegadas a área rival, con centros rematados por Benzema o uno que se envenenó y tuvo que sacar Casilla abajo. Estuvo brillante el portero del Espanyol sacando disparos de Ramos y un mano a mano a Benzema que aguantó en pie hasta la última décima de segundo para sacar el esférico con el cuerpo.

El Espanyol no dudó cuando se aproximó a la portería defendida por Casillas, 17 meses después titular en Liga en el Bernabéu. Tras el primer intento de Fuentes, lo intentó Stuani y Simao tuvo la más clara. El pase de la muerte lo remató a gol en la que era su despedida, pero Carvajal rozó ligeramente el esférico para salvar el tanto.

El pobre espectáculo mejoró en el segundo acto gracias a los goles. Hubo más espacios y los aprovecharon los dos equipos. Comenzó golpeando el Real Madrid, con más velocidad en la circulación que permitió más desequilibrio cuando Di María entró en juego. El argentino estrelló en el lateral de la red su zurdazo, después de Casillas salvase un gol rápido en la salida ante Stuani y rozase el esférico a un disparo ajustado de Abraham.

El duelo lo rompió Bale al minuto 64, con un desmarque en diagonal perfecto que vio con claridad Benzema, para asistir con un buen pase que hizo mejor el galés definiendo en carrera, cruzado y ajustado al poste, con su interior derecho. El tanto dejó una mala noticia, Karim se lesionó en el gesto del pase y se retiró con un problema muscular.

El gol hizo ver al Espanyol que no había nada que perder y se volcó por el empate. Lo rozó Simao un minuto después, tras un exceso de confianza de Ramos en la salida de balón, pero su chut rozó el poste. Y lo tuvo Pizzi nada más salir al terreno de juego con un balón caído del cielo por un disparo rechazado que enganchó arriba.

Fueron momentos en los que Varane se exhibió defensivamente, a la espera de que Pepe esté en condiciones para la final o reciba la titularidad, y Morata se despidió con goles. El canterano tiene decidido salir para tener más minutos y el que tenía marcado como último día en el Bernabéu lo comenzó culminando una contra bien conducida por Ramos, que terminó en pase medido de Di María.

Restaban cinco minutos para el final y todo parecía sentenciado pero el Espanyol pudo empatar. Su justo premio llegó en una brillante acción de Sergio García, que asistió a Pizzi para poner el 2-1, y fue Modric el que salvó el empate lanzándose al disparo de Stuani cuando fusilaba a Casillas.

Del posible empate se pasó al 3-1 en un nuevo contragolpe de Di María, que regaló el doblete a Morata en el punto y final a una Liga irregular del Real Madrid, que una vez conquistada la Copa del Rey apostó todo a la Liga de Campeones en busca de la ansiada 'Décima'.

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