Ya están en Córdoba los más de 40 estudiantes de la capital que habían estado confinados en Mallorca. Hay padres que denuncian la mala gestión de este problema.
Un viaje de fin de curso a Mallorca que prometía mucho pero que al final ha acabado siendo un chasco. Eso sí, dando una lección de que el coronavirus hay que seguir tomándoselo muy en serio.
Por suerte, la pasada madrugada regresaron a Córdoba unos cuarenta estudiantes libres de infección por COVID-19 después de que una juez tumbara el confinamiento forzoso al que habían sido obligados por el Gobierno balear. Cuya gestión deja a algunos padres como Vicente Rodríguez, muy indignados. "El sentimiento es de impotencia y desatención porque no recibíamos información oficial por parte del Gobierno balear, y cuando nos llamaban lo hacían sin identificarse y con amenazas".
Los datos dicen que Córdoba ha dado un ejemplo sobre cómo cumplir en los recintos educativos con la normativa sanitaria para evitar brotes importantes en las aulas durante casi año y medio. Sin embargo, a nadie se le escapa que la relajación de las medidas da pie a muchas interpretaciones. "Los niños iban perfectamente identificados con sus DNIs y teléfono de los padres, los permisos, test de antígenos negativos... el Gobierno balear sabía lo que estaba entrando allí". Pero "si ahora relajan las medidas con medidas de seguridad y en las concentraciones hay que asumir las consecuencias". Por eso, con lo que no contaban es, en opinión de Vicente, "que el Gobierno balear está formado por insensatos adornados de cargos".
Mientras tanto, allí siguen en la isla 38 estudiantes cordobeses por haber dado positivo en coronavirus, los cuales no regresarán en grupo y sí de forma escalonada.