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Ruth Ortiz: "He estado viviendo con un asesino en potencia"

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Ruth Ortiz, la madre de Ruth y José, ha declarado ante el juez y el Tribunal del Jurado que ha estado "viviendo con un asesino en potencia", según las intenciones que le manifestó José Bretón, de que no se iba de este mundo "sin matar a alguien", al tiempo que precisa que la situación de convivencia con Bretón era "horrible" y que "no era cariñoso" ni con ella, ni con los niños, "ni con nadie", a lo que agrega que ella normalizó "muchos de sus comportamientos y conductas".

   En la declaración que se ha alargado unas dos horas y en las que en dos momentos la madre ha tenido que parar sus palabras ante lágrimas en los ojos recordando a sus hijos, Ruth Ortiz siempre se ha referido a su exmarido como "el acusado", intentando evitar en todo momento la palabra "padre" de los niños, incluso en un momento ha rectificado.

   A respuestas de la fiscal María de los Ángeles Rojas, Ruth ha justificado la separación con Bretón en que la relación estaba "fatal, lo que llevaba no se puede calificar de vida, era totalmente infeliz", y ha comentado que no discutía con él porque ella "no daba pie a ello" y cuando "intentaba hacerle ver algo distinto de la manera que era" a como él pensaba era "misión imposible", de modo que intentaba "que no se enfadara". Además, ha relatado un incidente con su hija pequeña en el que le pegó porque no comiera y otro día en el que Bretón "salió cabreado del ginecólogo" porque fueran a tener un niño y no otra niña.

   Asimismo, Ruth ha detallado los últimos meses de convivencia en los que ella tomó la iniciativa de separarse a ante el estado en el que se encontraba, "anulada, totalmente controlada y con gritos" porque él no quería vivir en Huelva y estaba "obsesionado" con Córdoba, al tiempo que recuerda que Bretón "intentó" que ella se alejara de su familia. Según ha comentado, es una persona rencorosa y decía que "a quien a él no le hacía nada lo dejaba vivir y a quien le hacía daño le hacía la vida imposible".

   Al respecto, Ruth asegura que Bretón le dijo que todo iba a "acabar muy mal", que "iba a acabar en divorcio", y asegura que él solo pensaba en el dinero puesto en un piso de ambos. Además, señala que en el cumpleaños de su hija Ruth y tras hablar sobre el fin de semana del 7 al 9 de octubre de 2011 para que los niños fueran a Córdoba, aunque el acusado tenía una boda y la madre se ofreció a que se quedaran en Huelva, dado que al siguiente fin de semana tenían otro bautizo en Córdoba, él le dijo que "no tenía ganas de boda" y que "los niños a partir de ahora se van a perder muchas cosas".

   Posteriormente, relata que un día llamó al hermano de Bretón y le dijo que "por favor que necesitaba ayuda que era una llamada de urgencia, que veía a su hermano muy alterado y que la relación iba muy mal", sin embargo, según ella, "hablar con la familia era inútil, era una pared, no son personas con las que se pueda hablar" y entendía que "no iba a tener ningún apoyo en el momento de que dijera que me iba a separar", a lo que agrega que a Bretón "le tienen miedo" en la familia paterna, "nunca le han llevado la contraria".

"UN CONTROL EXCESIVO"

   En relación al fin de semana de los hechos, tras precisar que él tenía "un control excesivo" sobre los niños y siempre iban agarrados de la mano de Bretón, Ruth dice que permitió que los niños se fueran con su padre tras convenir que se quedaran un fin de semana con el padre y otro con la madre, aunque ella no se fiara en ese momento, pero los dejó marchar porque se lo habían recomendado la abogada María del Reposo Carrero y dos psicólogos, que le dijeron que "el padre tiene el mismo derecho a estar con los niños igual que la madre". "No me podía negar a que se los llevara", ha apostillado entre lágrimas.

   En la mañana del sábado 8 de octubre, dice que no cogió las llamadas de Bretón porque se le había olvidado el móvil en casa y después lo dejó en silencio. Ese mismo día aprovechó para escribir la carta de cómo era Bretón para la separación que le había recomendado su abogada y en la misma dice que teme por sus hijos y ella, según ha puntualizado, para asegurar que empezó "a tener miedo", que "es irracional", porque, según explica, él no le había amenazado ni nada, "pero sabía que era vengativo". En concreto, dice que empezó "a intuir la maldad que él tiene" meses antes de los hechos cuando vivían en Huelva.

   La noche de dicho sábado se entera de la desaparición de sus hijos, tras ver "muchas llamadas de un fijo de Córdoba", que pensaba que era José Bretón, y después le llama su hermano Estanislao para decirle que Bretón había puesto la denuncia de desaparición. "Lo primero que me vino a la cabeza es que era una broma, que no era tal la desaparición", confiesa la madre de los niños, quien comenta que en todas las llamadas le decían a ella si "nadie de Huelva había podido ir a Córdoba a llevárselos".

   Tras comprobar en la comisaría de Huelva la denuncia, ella puso la de malos tratos, y posteriormente Bretón la llamó y le dijo: "Qué quieres que te diga, se me han perdido los niños, qué le vamos a hacer, me ha tocado a mí. Como tendrás que venir a Córdoba te quedaras en casa de mi madre", ha relatado Ruth, que ha precisado que él "estaba más tranquilo que nunca", a lo que añade que en ese momento "no era capaz de pensar nada, solamente que no volvía a ver a mis hijos".

   Días después Bretón le llamaba y le proponía que dieran una rueda de prensa juntos, que pusieran carteles o fueran a concentraciones, y en su visita a la cárcel tras ser detenido él, Ruth comenta que le aseguraba que "con quien estén los niños no van a estar igual de bien que conmigo o contigo" y cuando le preguntaba "qué es lo que ha pasado", le respondía, "se me perdieron los niños en el parque", según ha declarado Ruth, quien subraya que no tiene "ninguna duda de que los niños no se perdieron en el parque", eso, apostilla, "jamás lo he contemplado".

SIN DUDAS

   A preguntas de la abogada de la acusación, Ruth ha detallado que Bretón "nunca" le "amenazó con hacerle algo a los niños", si bien tras el incidente de Bretón con su excuñada por el ajo y la sal para la leche de un biberón de su hijo, le declaró que si "la tenía que matar la mataba" y le decía a su exmujer que no se preocupara por la Policía porque no se iba a enterar. Según Ruth, Bretón le decía "no me voy de este mundo sin matar a alguien".

   Igualmente, indica que ha considerado a los niños "como una carga en la relación", para agregar que Bretón "tenía muchas manías" y ante ello no cree que se sentara en la barra del Parque Cruz Conde que dijo que se sentó el día de la supuesta desaparición. Además, cuenta que un día la llamó Bretón para decirle que le iba a hacer "un monumento" en la finca, tras tener una consulta él con el psiquiatra y decirle que era una buena mujer.

   Entretanto, destaca que no sabía que se llevaba garrafas de gasolina a Córdoba y defiende que la hoguera de la finca se hacía en otra zona, no en la que hallaron los agentes en los registros. En definitiva, ha concluido asegurando que "sabía que no volvía a ver a mis hijos" y no tiene "dudas" de que los niños están en una caja, en alusión a los restos.

   Por otra parte, en respuestas al abogado de la defensa, Ruth detalla que los primeros años del matrimonio eran "normales" y que fue "anulada" en los últimos meses de convivencia en Huelva. Una de las frases de Bretón, según Ruth, es que "siempre" lleva la razón aunque no la lleve", a lo que añade que intuía que "estaba delante de una persona peligrosa que no era con la que creía que me había casado", de hecho señala que el acusado le llegó a confesar que "se había creado una mascara, que él no era como verdaderamente daba a entender que era".

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