Este sábado, día 2 de julio, se cumplen siete años de la desaparición de Paco Molina, que tenía 16 años cuando fue visto por última vez en julio de 2015 en Córdoba capital, y mientras tanto la investigación por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sigue "muy activa", según destacan desde la familia, que mantiene "la esperanza" en que la misma dé sus frutos y puedan encontrar a Paco.
Al respecto, desde la familia sólo piden que "donde quiera que esté, se encuentre bien y a salvo", todo ello después de haber impulsado en estos siete años distintas iniciativas para dar con su paradero, como la puesta en marcha en 2020 del apartado de correos 3011 de Córdoba "por si hay alguien que tenga información, la haga llegar, aunque sea de forma anónima", con el fin de hallar pistas.
Igualmente, estaban pendientes de posibles actuaciones en hospitales, a través del Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes), por si Paco o cualquier otra persona desaparecida hubiera sido atendido durante la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, incluso con la posibilidad de analizar "a nivel europeo", señaló en su momento el progenitor, Isidro Molina, quien espera que "la desgracia que vive todo el mundo con la pandemia haga más empáticas a las personas con este problema".
Mientras, su madre, Rosa Sánchez, remarcó que su hijo "no se fue, se lo han llevado, aunque no sé dónde, pero él no se fue". Al respecto, desde la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional apuntaron hace tres años a la investigación sobre "personas que rodeaban a Paco, bastante más mayores que él", que podrían "tener algún dato que a lo mejor no han querido dar por miedo o porque les implica directamente en algún hecho que no es del todo lícito".
En concreto, Francisco Molina Sánchez se encuentra en paradero desconocido desde el 2 de julio del año 2015, cuando quedó con unos amigos en la capital cordobesa.
DUDAN DE SU MARCHA VOLUNTARIA
Desde el principio del caso, sus padres han puesto en duda que su hijo se marchara voluntariamente, dado que "no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa", por lo que no entienden cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista.
Durante este tiempo han recibido muchas llamadas aportando falsas pistas, algunas de las cuales han sido investigadas por la Policía. Una de ellas "era de Colombia y pedían dinero, diciendo que si no matarían a mi hijo", según relató el padre, quien agregó que la Policía descubrió de dónde venía y que era una pista falsa.
Asimismo, un hombre con antecedentes acusado de un delito contra la integridad moral, después de que supuestamente ofreciera a los padres pistas falsas sobre su paradero, aceptó en sede judicial en noviembre de 2017 una pena de seis meses de prisión y multa de unos 700 euros, tras reconocer los hechos y pedir "disculpas" por lo que hizo.
Además, desde la familia activaron el correo electrónico 'buscandoapacomolina@gmail.com' para que ciudadanos que se realizaran fotos en torno a los días de la desaparición de Paco en el centro de la capital cordobesa o en la Estación de Autobús de Córdoba, donde se le vio coger un autobús, o en Madrid, hacia donde se dirigía dicho vehículo, las envíen al correo, al tiempo que ven "interesantes" fotos del área de servicio de Pedro Abad (Córdoba), por ser lugar de parada del autobús.
Al hilo de ello, Isidro Molina aclaró que las fotos son "totalmente confidenciales y no se van a publicar", pero que "a lo mejor" pueden dar pistas para la investigación, recordando lo ocurrido en el caso de la menor Madeleine McCann. Y explicó que "la Policía ha buscado a Paco en diez países, entre ellos Irak y Siria, pero también en Italia", entre otros. Los padres del joven están viviendo esta búsqueda "incesante con la esperanza de volver a verlo algún día".