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'Amor en Rye Lane', un romance moderno en un Londres vibrante y multicultural

Su estreno en España se producirá a través de la plataforma Disney+ el 31 de marzo

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Si una cosa tiene clara la directora Raine Allen-Miller es que su primera película, "Amor en Rye Lane", "no es" como las famosas comedias románticas británicas que la precedieron, tipo "El diario de Bridget Jones" o "Love actually".

Aunque todas estén ambientadas en Londres y compartan rasgos del género, Allen-Miller ofrece "una perspectiva diferente", al presentar un romance en un barrio multicultural a veces considerado conflictivo, explica antes de su estreno español en Disney+ el 31 de marzo.

El filme debutó con gran éxito el pasado enero en el festival estadounidense de Sundance y el 17 de este mes en el Reino Unido, donde el joven equipo ha generado un gran revuelo.

Rye Lane, la arteria comercial del distrito de Peckham, en el sureste de la capital británica, está en el centro de la historia, junto a los protagonistas interpretados por David Jonsson, en el papel de Dom, y Vivian Oparah, que encarna a Yas, dos jóvenes que se conocen casualmente cuando tratan de superar rupturas previas.

Dom, algo tímido, y la espontánea Yas van conectando entre ellos mientras pasean y se cruzan con los excéntricos y entrañables personajes del vecindario, donde la propia directora residió pocos años después de llegar de Mánchester (norte de Inglaterra) a Londres para vivir con su padre.

"Son lugares que amo y creo que a menudo están mal representados. Sentí que sería bueno mostrarlos de la forma en que yo los veo", dice en la entrevista con EFE en un hotel londinense.

Con un elenco y un equipo de producción predominantemente de raza negra, Allen-Miller es considerada, a su pesar, pionera en el Reino Unido, aunque haya algunos precedentes, como el musical "Been So Long", de 2018, y "Boxing Day" de 2021.

"En realidad, solo soy una persona de color que ha hecho una película. Con suerte, pronto será muy normal que gente como yo las haga, mostrando mi mundo y mi forma de ver las cosas", afirma.

La cineasta de 33 años, que previamente dirigió cortos y trabajó en publicidad, despliega un estilo vital y enérgico con coloridas escenas en las que combina moda, arte, interiorismo y música, con un toque vanguardista que la distancia de comedias románticas anteriores.

Allen-Miller reconoce que el guión de "Amor en Rye Lane", de Nathan Bryon y Tom Melia, es "un relato simple y feliz, de dos personas que pasean", "no es profundo ni hace reivindicaciones políticas", por lo que suponía "un lienzo perfecto" para que ella pudiera recrear el mundo que deseaba.

Para Jonsson, conocido sobre todo por su papel en la serie "Industry" de la BBC, hoy también en plataformas digitales, interpretar a Dom fue "un reto" sobre todo por su diferente perfil psicológico, cuenta a EFE.

"No creo que muchos hombres jóvenes negros se permitan tener esa vulnerabilidad que tiene Dom, él es muy emocional, es capaz de expresarlo. Yo soy sensible, pero no creo que sea emocional. En cierto sentido, tuve que entender que no pasa nada por llorar en un baño, que es aceptable sentirte realmente desconsolado por tu ex", explica el actor de 28 años.

Oparah, de 26, tuvo por su parte que lidiar con "la impulsividad" del personaje de Yas, cuando ella es "más reservada y con los pies en la tierra". "No me identifico con ella pero le tengo cariño", declara.

Ambos esperan que la buena acogida que ha tenido esta película independiente, rodada en apenas seis semanas en Peckham, sirva para demostrar a quienes mueven el dinero en la industria del cine que las historias de gente negra pueden ser rentables y que el talento no depende del color de la piel.

"Las personas negras existen en todo tipo de contextos, la acción, el terror, la ciencia ficción y en el mundano hecho de enamorarse. Creo que Raine quería mostrar eso. Si queremos seguir contando historias veraces, entonces debe haber una representación veraz de la sociedad", manifiesta Oparah.

Aunque "Amor en Rye Lane" desea distinguirse de "El diario de Bridget Jones" o "Love actually", Allen-Miller les dedica algún que otro guiño y un divertido cameo, que reconocen su legado.

La inquieta directora, que cita como cineastas que la inspiran a Martin Scorsese, Spike Lee y sobre todo al también británico Steve McQueen, prepara ya varios proyectos de los que, de momento, no puede dar detalles. "Solo te diré una cosa, ¡no son comedias románticas!", dice con sorna. 

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