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La tribuna de El Puerto

El Pleno de la ciudad: un circo sin espectadores

Las sesiones plenarias que se celebran en nuestra ciudad tienen más connotaciones bochornosas rozando lo humorístico que de una política digna y seria

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El último Pleno celebrado del mes de octubre vino a poner de nuevo de manifiesto que las sesiones plenarias que se celebran en nuestra ciudad tienen más connotaciones bochornosas rozando lo humorístico que de una política digna y seria.

El Pleno es un órgano “solemne” del Ayuntamiento, compuesto por los 25 concejales, en el que debatir asuntos de importancia para el discurrir diario de la ciudad. Un lugar donde se elevan propuestas por los diferentes Grupos Políticos para su posterior debate y aprobación.

A los que están gobernando les pertenece elevar puntos de trascendental importancia, ya que entran en juego intereses de toda la ciudadanía, y a los que están en la oposición les compete elevar mociones que se quedan en declaración de intenciones si el Gobierno no las ejecuta.

Hasta aquí, todo parece normal, pero se convierte en un espectáculo esperpéntico cuando los responsables políticos de las áreas que gestionan no conocen ni el funcionamiento de sus propias áreas, ni los expedientes, ni las normativas.

Y es que esto ocurrió en este último pleno de octubre una vez más, quizás esta fue de las más vergonzosas.

Se elevaba a pleno un expediente con la consignación presupuestaria para el presupuesto 2018 del servicio de mantenimiento de pistas deportivas, servicio que cuenta con 22 empleados en la plantilla y miles de usuarias de las pistas deportivas de nuestra ciudad.

Que menos que tener la deferencia de si eres la responsable política de ese servicio de mantenimiento de pistas deportivas saber de qué estás hablando.

En el Pleno quedó más que patente que de haber preguntado a la concejala de Deportes (Ana Arias, del PSOE) después de su intervención del contenido de lo que leyó literalmente, a todas luces, tendría que haber dado la callada por respuesta. Ni siquiera supo dar argumentos fuera del guión que llevaba escrito en el papel, lo cual dio más ingredientes para hacer el ridículo.

Como persona que he estado implicada en la fiscalización y en el asesoramiento para elaborar propuestas de mejora para los pliegos de condiciones no salgo de mi asombro al asistir una y otra vez a reuniones con responsables del gobierno municipal que ni siquiera leen la documentación y que ni siquiera ponen empeño para informarse de lo que hablan.

¿Cómo puede gestionarse estos temas así? ¿Cómo pueden seguir gobernando con la escenificación de un desconocimiento vergonzante de temas cruciales para las arcas municipales? 

La concejala de Deportes como responsable de defender un punto de esa importancia no puede permitirse el desconocimiento absoluto de lo que tiene que gestionar, y es que, en el Pleno y fuera del mismo, dejó claro que el asunto le venía “grande”, ya que preguntada por cuestiones muy básicas del expediente que estaba elevando que ni entendía ni sabía responder al resto de grupos políticos.

No podemos permitir que este sea el nivel de compromiso de los responsables políticos de nuestra ciudad.

Siempre vendieron la defensa de los trabajadores y de sus derechos, sin embargo, cuando han entrado a gobernar han dejado más que patente que esto solo formaba parte de su campaña electoral, pero no era una realidad a ejecutar una vez entrado en el Gobierno.

Son muchas las contratas que, al no ser fiscalizadas como debiera por las diferentes áreas municipales, tienen graves perjuicios en el discurrir diario de los trabajadores adscritos a las mismas pero este equipo de Gobierno sigue mirando hacia otro lado.

Este equipo de Gobierno sigue traicionando los proyectos de una política de izquierdas que se preocupe por conocer el entramado del Ayuntamiento y por fiscalizar al milímetro las grandes contratas municipales que de lo contrario pueden ser un “coladero” de irregularidad, clientelismo y corrupción.

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