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Fallece un bombero de los heridos en el incendio controlado de Tarragona

El incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona), que el jueves ya pudo ser controlado y que al parecer se originó por un rayo, se cobró ayer su quinta víctima mortal, al fallecer uno de los dos bomberos que el pasado día 21 quedaron heridos muy graves.

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  • Los bomberos han conseguido controlar el incendio que se declaró el pasado lunes en Horta de Sant Joan. -
El incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona), que el jueves ya pudo ser controlado y que al parecer se originó por un rayo, se cobró ayer su quinta víctima mortal, al fallecer uno de los dos bomberos que el pasado día 21 quedaron heridos muy graves.

El quinto bombero fallecido es Pau Costa, de 31 años, que permanecía ingresado en el Hospital de Vall d’Hebron de Barcelona, afectado por quemaduras de segundo y tercer grado en el 50% del cuerpo y una lesión pulmonar por inhalación de humo, y que ayer murió debido a un fallo multiorgánico.

Pau Costa pertenecía al Grupo de Actuaciones Especiales, una unidad de elite de los bomberos catalanes que ataja el fuego desde primera línea haciendo cortafuegos y utilizando fuegos controlados para evitar el avance de las llamas.

Con este fallecimiento, son ya cinco los bomberos muertos mientras sofocaban el incendio de Horta. Otro bombero, Josep Pallàs, se encuentra aún en estado grave hospitalizado en Vall d’Hebron, con quemaduras en el 75% de su cuerpo.

Precisamente, ayer se oficiaron el funeral por una de las víctimas mortales –el jueves se oficiaron otros tres–. Se trata de Ramon Espinet, de 47 años, que fue despedido por unas 1.500 personas.

El conseller de Medio Ambiente de la Generalitat, Francesc Baltasar, atribuyó ayer el origen del fuego a un rayo caído seis días antes del incendio.

El rayo cayó el día 14 y provocó un pequeño incendio en la hojarasca seca que había acumulada a los pies de un pino y aguardó en forma de brasa hasta encontrar unas condiciones climatológicas propicias para propagarse, ya que hasta entonces la humedad era del 50%, casi no soplaba viento y el calor era soportable.

Sin embargo, la situación cambió a partir del día 20, cuando la humedad cayó en picado, la temperatura subió y el viento empezó a soplar con fuerza, lo que avivó las brasas que aún persistían entre la hojarasca, que se convirtieron en una mecha que acabó dando pie al mortal incendio.

El incendio se inició la noche del 20 y avanzó muy lentamente, ya que al mediodía del día 21 el perímetro alcanzado por las llamas era de tan sólo 50 hectáreas, en las que se ha hallado el epicentro: un pino de 14 metros de altura y 30 centímetros de diámetro que presenta las típicas marcas que dejan los rayos, una larga herida muy reciente, de la que aún supura resina.

Un brusco cambio de la dirección del viento, que empezó a soplar el martes aún con más fuerza, desbocó las llamas –aquel día fallecieron los cuatro bomberos y otros dos, entre ellos el murió ayer, resultaron heridos muy graves–, por lo que el perímetro aumentó hasta las 800 hectáreas, que el día miércoles 22 llegaron ya a las 1.140 definitivas.

Del total de las 1.140 hectáreas afectadas por el incendio, 587 se corresponden con el parque natural de Els Ports de Beseit y el resto están todas incluidas en la Red Natura-2000. Del total de zona afectada, 486 hectáreas son de árboles, en su mayoría pinos.

Estabilizado el fuego de Sierra Cabrera

El incendio que desde el jueves asola el paraje natural de Sierra Cabrera (Almería), el segundo en algo más de una semana, ya se encuentra estabilizado pese a haber aún dos focos declarados, mientras que los vecinos desalojados ya han comenzado a volver a sus casas de forma “escalonada”.

En la noche de, varios focos de fuego en las localidades de Turre, Mojácar y Abla obligaron al desalojo de 1.500 personas de sus viviendas como medida preventiva ante la cercanía de las llamas del incendio, avivadas por el viento desfavorable, con rachas de 80 kilómetros por hora que dificultaban las labores de extinción.

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