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"Desde pequeña tuve claro que quería ser la mejor en todo"

La onubense Carolina Marín repasa su trayectoria deportiva después de no parar de incrementar su brillante historial

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  • carolina marín -

Tres grandes imágenes de Carolina Marín sobre las palabras "garra, alegría y fuerza" lucen en una de las paredes del pabellón del Consejo Superior de Deportes, el lugar donde a menudo se ejercita la onubense. Esas tres palabras resumen la trayectoria de la andaluza y a ellas recurre para trasladar su deseo de seguir incrementando su brillante historial deportivo.

"Son las tres Carolinas con las que tengo que salir a competir", explica en una entrevista a EFE. Su garra, su fuerza y su alegría le han reportado ya un goloso botín: tres Campeonatos de Europa, dos Mundiales y un oro olímpico.

Su discurso, sin embargo, desprende inconformismo. "Quiero ser la mejor jugadora de bádminton de la historia", subraya.


De esa denominación le separan otros dos triunfos en Campeonatos del Mundo y un nuevo oro olímpico. A esos objetivos apunta tras haberse "reencontrado" consigo misma en el reciente tríptico asiático, donde firmó tres finales consecutivas. A continuación, llegó un nuevo éxito continental, el tercero.

"Mentalmente necesitaba reencontrarme conmigo misma. Pasé una mala racha después de los Juegos Olímpicos. Tuve una lesión en el sacro y me costó mucho salir de ella", confiesa.

Durante muchos días no pudo entrenar al cien por cien.

"Me vi baja de ánimo, pero a partir de enero, jugando la Liga India, me volví a ver bien, con esas ganas y esa motivación de seguir ganando", advierte.

Cuando Yonex, LaLiga, Iberia y Meliá no aparecían como patrocinadores en su chaqueta, cuando Plátano de Canarias no la reclamaba para sus anuncios de televisión o cuando la UCAM, Iberdrola, Toyota y Turismo de la Comunidad de Madrid no se fijaban en ella como reclamo publicitario, Carolina Marín ya tenía claro que quería "ser la mejor".

"Con 14 años vine a Madrid para empezar una nueva vida y recuerdo una conversación que tuve con Fernando (Rivas, su entrenador). Me preguntó a qué quería aspirar como jugadora de bádminton y tenía claro desde pequeña que quería ser la mejor en todo. Desde esa conversación aspiré a ser la mejor", rememora.

Carolina Marín ahora se siente la favorita, la rival a batir, después de una ascensión frenética hasta la cima.

"Ahora lo difícil será mantenerse", sostiene al tiempo que comenta que todavía le quedan "muchos sueños que cumplir".

Ambiciosa, la onubense se marca como próximos retos la gloria en el Abierto de Indonesia y Australia.

El mayor pico de forma, sin embargo, lo reservará para el "Campeonato del Mundo de finales de agosto en Escocia".

Ahí espera seguir mostrándose "como un bicho raro" y es que así es como se siente la española que desafió la hegemonía asiática. "Hemos marcado la diferencia por ir por un camino diferente. Si hubiéramos ido por el camino que marcan los asiáticos, siempre hubiésemos estado por detrás porque ellos son los mejores", analiza.

Una de sus grandes bazas con respecto a sus oponentes es "la cabeza". "Respecto a mis rivales, es un punto fuerte", afirma.

Ella refuerza ese aspecto con entrenamientos semanales que le permiten "controlar varios tipos de presiones y tener todo bajo control". Bajo la supervisión de su psicólogo aprendió también a aceptar que "para disfrutar primero hay que sufrir".

Y ahora se siente privilegiada no solo por ser un referente deportivo sino también por sus valores y por haber dado a conocer el bádminton. "Me siento afortunada de ser la pionera que ha abierto un camino a los españoles", remarca.

Huelva, de hecho, se volcará con ella en el próximo Campeonato de Europa, en 2018. "Será muy especial jugar enfrente de mi familia y de mis amigos y demostrarle a España qué es el bádminton", agrega.

Su ilusión hasta entonces permanecerá intacta.

"Esas ganas de querer más y más me están llevando a seguir mejorando, me hacen una mejor jugadora y me hacen querer seguir consiguiendo más títulos, pero no solo me vale ganar. En el camino quiero crecer como deportista y aprender valores".

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