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Contra el fuego, actuamos todos

Artículo de opinión de Luis Planas Puchades, consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente

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No es un lema baladí. Contra el fuego, actuamos todos. Con esta llama venimos insistiendo de forma profusa al inicio de la época de alto riesgo por incendios forestales en Andalucía: la lucha contra el fuego ha de ser, para que sea verdaderamente eficaz, una tarea ciudadana compartida.


Andalucía dispone de unas condiciones meteorológicas extremas y un extenso territorio forestal -con más de 4,5 millones de hectáreas-, que la hacen especialmente vulnerable ante la amenaza del fuego. Sin embargo, como herramienta de defensa, posee uno de los planes de emergencia contra incendios forestales de mayor prestigio en el sector, el plan INFOCA que, viene demostrando,campaña con campaña, que mantiene una línea de resultados entorno al 80% de intervenciones reducidas a conatos en la serie histórica de los últimos años. Es decir, de una media de 1.000 siniestros forestales que se producen en Andalucía anualmente, 800no superan una hectárea de superficie calcinada.


La herramienta, sin embargo, por sí sola no es suficiente. Por más formados y experimentados que sean los profesionales del dispositivo INFOCA, por más herramientas que posea, además de recursos y medios tecnológicos, se producen situaciones que se pueden escapar a la capacidad de respuesta inmediata del dispositivo.  Los retos actuales del dispositivo se centran prioritariamente en dos áreas: los grandes incendios forestales(GIF) y los incendios de interfaz urbano-forestal, en los que se mezcla el tejido urbano con el territorio forestal.


El reciente incendio de Coín conjugó además estos dos aspectos,un gran incendio forestal enmarcado en territorio de interfase urbano-forestal, lo que obliga a la puesta en marcha de estrategias de ataque adecuadas a estas circunstancias excepcionales. Un gran incendio forestal, que es aquel que supera las 500 hectáreas forestales de superficie, supone ya de por sí el despliegue de numerosos medios terrestres y aéreos para atacarlo. En el caso de la existencia de núcleos habitados y urbanizaciones dispersas, ello motiva que la protección de las núcleos habitados sean la prioridad en la estrategia de extinción, por encima del medio forestal. Por tanto, la combinación de ambos factores: un incendio de considerables dimensiones que amenaza a núcleos poblados, cuenta con una complejidad extrema a la hora de gestionarlo y ello obliga a la actualización de protocolos, cartografía y recursos en el dispositivo de extinción para poder abordar este tipo de emergencias con resultados favorables.


Dentro de las políticas de prevención y en preparación de una posible respuesta, el plan INFOCA había planificado y ensayado un posible incendio de este tipo, de ahí gran parte del aprendizaje extraído de este incendio, mediante un simulacro realizado antes de la campaña de peligro alto de incendios. Este ejercicio permitió estudiar posibles técnicas de protección a la población- bien sea por desalojo preventivo o por inmovilización-, así como la gestión paralela de los recursos de extinción y protección civil. De esta manera, la gestión de la emergencia se afrontó con más garantías de éxito.


La realización de simulacros y ejercicios de adiestramientos es permanente dentro de las actividades de formación del dispositivo INFOCA. La actualización de los recursos de información, nuevas tecnologías o herramientas, también. Pero aún insistiendo en que la herramienta de defensa frente a los incendios esté muy preparada, sigue siendo necesaria la colaboración de toda la ciudadanía para evitar y poder reducir la proliferación de los siniestros forestales en Andalucía. Ésta es la gran asignatura pendiente: bajar el número de siniestros que se producen cada año, detrás de los cuales en su gran mayoría siempre está la mano del hombre, bien por acciones negligentes, accidentales o intencionadas. La faceta de trabajos preventivos dentro del plan INFOCA también está muy desarrollada en diferentes vertientes, pero hasta que cada uno de los andaluces no interiorice la peligrosidad que entraña cualquier actividad en el medio rural sin las correspondientes cautelas, nuestro patrimonio forestal seguirá cada verano, en permanente amenaza.

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