Frases ha ‘parío’ el Carnaval mil y una. Frases al amor, la amistad, la solidaridad, el maltrato, la pasión, la familia, la tierra... y, también, a la propia fiesta. Entre ellas, una que decía algo así como que ‘yo necesito este veneno pa’existir’, de un tal Tino Tovar.
Veneno del que saben, y mucho, quienes, llevados por un sentimiento inexplicable (“esto no se explica, se siente”), levantaron hace unas décadas los cimientos de una peña sin la que sería imposible escribir lo que ha sido y ha dado la fiesta en una Chiclana de callejeras y 3x4.
Una peña carnavalesca que,allá por 1979, al abrigo de una democracia incipiente, se convirtió en la primera de la localidad y una de las pioneras de la provincia de Cádiz.
Peña que lleva el nombre de uno de los grandes, Perico Alcántara (hijo de otra figura del Carnaval de Chiclana, Pedro Leal Hidalgo), destacado embajador de una fiesta que, en sus tiempos, tuvo que tirar del más fino humor para cantar a la libertad en tiempos de censura.
Ahora, tras 45 años en la trinchera del Carnaval, la Peña Perico Alcántara, cual Ave Fenix, inicia una nueva etapa.
Un tiempo que viene marcado con la inauguración de su nueva sede, la intención de “seguir manteniendo muy viva la fiesta en la localidad” y, como resalta su presidente, Pepe Ruiz, el objetivo de “articular nuevas herramientas para acercar a los más jóvenes”.
Parece que no pasa el tiempo, pero, casi en un abrir y cerrar de ojos, ya son 45 años los que lleva abanderando el Carnaval de Chiclana la Peña Perico Alcántara, ¿en qué momento se encuentra y cómo se afronta lo que podríamos catalogar de nueva etapa?
Pese al tiempo transcurrido, en el que, como en todo colectivo social, hemos vivido momentos excelentes (los más) y otros regulares; la peña se encuentra en un buen estado de salud. Más aún, con una nueva sede, que, dicho sea de paso, no la esperábamos, pero que ha llegado para reforzar la ilusión de todos y seguir trabajando por lo que más nos gusta y es nuestra gran pasión, el Carnaval.
¿Esta nueva etapa viene acompañada de algún proceso concreto para la peña?
Efectivamente, se podría decir que estamos en un proceso de renovación. Una etapa en la que estamos poniendo nuestras miras en que entre gente nueva y que, como es lógico y sano que ocurra, nos vayamos renovando poco a poco, ya que esa es la gran garantía de continuidad a futuro de nuestra peña.
La intención no es otra que nos sobreviva y en ese empeño está centrada parte de nuestra actual tarea.
Entiendo que una tarea compleja, sobre todo a raíz de los nuevos tiempos, las nuevas plataformas y los cambios que viene experimentando la práctica totalidad de los colectivos en cuanto a renovación.
Así es. Es muy complicado porque la vida e, incluso, la forma de relacionarse ha cambiado.
Es una realidad que ahora cuesta mucho más trabajo que los jóvenes le dediquen tiempo a reuniones en lugares físicos para impulsar iniciativas diversas. Las promueven, pero de otra manera.
Antes, la peña era el centro de quienes amábamos el Carnaval. La sede era como nuestra segunda casa y en ella se fraguaban proyectos e iniciativas que, como bien saben los chiclaneros, han sido y son muy importantes para la fiesta.
Dicho esto, el reto pasa porque logremos encontrar la forma para que los jóvenes se acerquen a la peña y, con el respaldo y el apoyo de los veteranos, se produzca esa renovación de la que hablamos.
Lo que es evidente es que, siendo conscientes de que las peñas (en lo presencial) han pasado de moda, vamos a intentar que tenga lugar esta renovación.
El reto está en que busquemos esos atractivos o que sean los propios jóvenes quienes nos planteen de qué forma podemos hacerlo.
¿Qué percepción tiene en torno al interés que despierta la fiesta, en especial entre los jóvenes, y cómo definiría el momento que atraviesa?
La fiesta, también gracias al empuje de los jóvenes, no solo se mantiene, sino que está muy fuerte. Hay una gran cantera y hay muchos chiclaneros que están cantando en agrupaciones punteras de Cádiz. Es más, yo diría que, incluso, ahora hay más afición que antes.
Asimismo, en lo que se refiere al movimiento de agrupaciones, cada día vamos a más; con, incluso, chirigotas punteras de Chiclana que destacan y han ganado en Cádiz, algo que siempre ha sido muy difícil.
En definitiva, no hay duda de que la fiesta va para arriba, pero, en lo que a cuestión de peñas se refiere, si que ha pegado un frenazo.
Que ‘caigan’ las peñas (me refiero a socios, no a actividad), no quiere decir que el Carnaval de Chiclana esté en decadencia. Ni mucho menos. Ahora, eso sí, debemos y estamos en la tarea de analizar esta nueva realidad, para ver de qué manera podemos darle continuidad.
Es obvio que, a día de hoy, en las peñas nos mantenemos los que nos hemos criado en esto y, como se suele decir, las llevamos en la sangre.
¿En qué ha cambiado el papel de la peña?
Ha cambiado bastante. Tiempo atrás, éramos nosotros los que organizábamos la mayoría de las cosas. Los concursos de popurrís, disfraces y un largo etcétera.
Como sabemos, hoy ese peso recae en el ayuntamiento, que, no obstante, siempre cuenta con nosotros para todo. Es decir, seguimos involucrados, pero a otro nivel.
¿Qué papel jugó la Peña Perico Alcántara en sus inicios?
Tuvo un papel muy importante, ya que hablamos de una época en la que el Carnaval se encontraba prácticamente perdido. Sin temor a equivocarme, fue un motor de la fiesta. La que, junto con otros amantes del Carnaval, logró que resurgiera de nuevo.
¿Cuál es la época que guarda en su memoria de una forma especial?
Nuestra peña ha tenido épocas muy brillantes, pero creo que los principios fueron muy especiales.
Desde los setenta y tantos a los ochenta y tantos, cerca de los 90, fueron años muy bonitos. Hacíamos la Noche Grande del Carnaval, uno de nuestros principales orgullos; a la que venían todos los veranos numerosas agrupaciones. Se repetía la final del Falla.
Es más, comenzábamos el sábado por la noche y recibíamos el domingo entre coplas. Venía gente de muchas poblaciones de Andalucía y España y la celebramos durante veintiuna ediciones.
Los buenos amantes del Carnaval todavía se acuerdan y nos animan a retomarla, pero eso ya no está al alcance de la peña. Hacíamos muchas y buenas actividades, buscando sacar a la gente a la calle, que siempre es lo que más nos ha gustado. A día de hoy, también desarrollamos eventos que tienen mucho tirón, como es el caso de la Noche de los Capachas, y la Noche de las Callejeras, esto en verano. Ya en carnavales, hacemos un carrusel de agrupaciones callejeras . Todo para alimentar nuestro Carnaval.
Fruto de esa pasión y amor al Carnaval de la calle nació Pazocalle.
Así es. Pazocalle nació en el seno de la peña y su espíritu, áun muy presente, no era el de prepararse para competir en los tradicionales concursos de agrupaciones.
La intención fue y sigue siendo la de vivir el Carnaval de la calle y generar ese ambiente de fiesta que tanto nos gusta. Una agrupación muy de Chiclana, con letras de aquí y tipos también muy de aquí.
Hemos sido muy localistas y, afortunadamente, la gente nos sigue todavía; tenemos nuestros aficionados.
Es verdad que no tenemos unas voces fuera de serie, pero se ríen con nosotros, que es lo que más nos gusta que suceda. Se trata de echar buenos ratos y vivir y disfrutar la fiesta de otra manera.
¿Un deseo de cara al futuro?
Tanto mis compañeros como yo tenemos mucha confianza en el futuro y lo que más nos gustaría es que, como decía antes, se produzca esa renovación y que la peña se mantenga y que, como siempre, siga aportando al Carnaval de Chiclana.