El alcalde de la ciudad, José María Román, junto a la teniente de alcalde, Isabel Butrón, y el gerente de Albarco y capitán de la Marina Mercante, Javier Ramírez, ha denunciado la situación en la que se encuentra la entrada al puerto de Sancti Petri.
El regidor chiclanero ha explicado que Javier Ramírez trabaja en Sancti Petri con el catamarán Pura Vida, con una capacidad para 150 pasajeros y un barco que recualifica y potencia el destino Chiclana como un destino cinco estrellas. Una embarcación que se encuentra con una gran problemática, al igual que otras de gran tamaño, “para salir y entrar al puerto deportivo, porque toda la bocana de la canal de acceso al puerto está cegada por la arena. Esto hace que el catamarán tenga que irse varios días del mes a Cádiz, puesto que no puede operar”.
En este sentido, José María Román ha recordado que la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) tiene previsión de dragar la zona, pero lleva dos años sin hacerlo, al igual que tampoco lo hace en la zona de amarres del Náutico Sancti Petri y de la propia APPA.
“Chiclana tiene dos dragados pendientes, con dos zonas al cien por cien de ocupación en amarres”, ha reseñado, solicitando “auxilio, colaboración y que se atiendan nuestras peticiones, porque el destino que estamos construyendo se hace con aportaciones de lugares como Sancti Petri y actividades como las de Pura Vida, la náutica, el Concert o los clubes de la zona. Por todo esto, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía no puede estar ‘missing’”. Javier Ramírez ha señalado que “tenemos un gran problema en el puerto de Sancti Petri y llevamos así muchos años. Llevo 26 años operando allí y el año pasado fue el primero que tuve problemas para salir de la bocana. Tenemos un barco de 150 plazas y no podemos arriesgarnos a que el barco toque fondo y haya una tragedia allí”.
También ha recordado que el pasado año hicieron un escrito a Capitanía Marítima exponiendo el problema para que dragara el puerto, “pero a día de hoy seguimos con el problema, pero aumentado porque la arena se sigue acumulando”. Ante la imposibilidad de poder entrar y salir del puerto, “nos hemos visto obligados a no poder operar en nuestro puerto base que es Sancti Petri. Hay 20 días entre julio y agosto en los que no podemos acceder al puerto por las mareas y nos tenemos que trasladar a Cádiz, donde sí podemos operar. Esto es sólo uno de los inconvenientes que nos encontramos, porque estamos en un entorno de primera división y en un puerto de tercera regional. Sancti Petri debería presumir de un gran puerto deportivo, pero no es el caso debido a todas las carencias que tiene”.
“Por todo esto, sólo pedimos poder trabajar con garantías, que es lo que el puerto de Sancti Petri no nos ofrece, porque el calado es mínimo. Con 70 grados de marea ya no podemos pasar, antes ese límite era de 90 grados. Con mareas de 70 no podemos salir y esos son los días que nos vamos a Cádiz”, ha explicado, reseñando que hay muchas pleamares que son de 70 grados lo que supone que durante horas las grandes embarcaciones no pueden salir ni entrar, “y somos más de mil los barcos que salimos por allí”.