Se trata, casi, del alimento perfecto, pues además de sus propiedades anticancerígenas, es una buena fuente de minerales -potasio, magnesio y hierro-, no tiene apenas grasa y sí muchos antioxidantes como el betacaroteno y el selenio, explica Juana Olivar, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Infanta Sofía de Madrid.
A la larga lista de componentes beneficiosos que contiene, se suma su "efecto desintoxicante sobre el hígado", algo que los romanos debieron intuir hace siglos, pues usaban esta verdura crucífera para paliar los efectos de las borracheras, comenta la doctora.
Además, los antioxidantes ayudan a mejorar la vitalidad de la piel y combaten los signos de fatiga del cutis.
"Hoy en día una dieta variada proporciona aportes suficientes como para no necesitar un suplemento vitamínico o antioxidante", señala a Efe el doctor Juan Sopena, dermatólogo del centro MD Anderson International en España y director del Instituto Madrileño de Dermatología y Estética.
Y es que el brócoli no está solo en esta cruzada gastronómica en pos de la eterna juventud. Hay numerosos alimentos que nos protegen contra la radiación solar, que es el principal "enemigo" de la piel: la zanahoria, los tomates, el mango, la calabaza y las verduras de hoja verde.
Mientras, la vid roja contiene una importante proporción de resveratrol, uno de los antioxidantes más potentes para prevenir el envejecimiento cutáneo, al igual que los polifenoles del té verde o el ácido elágico de la granada: de ahí que una infusión de ese tipo y un buen cuenco de uvas o de granada sea un desayuno de lo más "gastrocosmético".
Aunque para quienes prefieran el café, la buena noticia es que los granos molidos de esta planta son ricos en ácido ferúlico, otro aliado de una piel radiante, indica el experto.
"Lo ideal es combinar distintos antioxidantes en la dieta, porque unos previenen y otros combaten el daño ya producido", como el atún, el salmón o la caballa, cuyos ácidos grasos ayudan a reparar los estragos del exceso de sol en la piel, apunta Sopena.
Mientras, quienes padecen de acné deberán buscar alimentos ricos en zinc y uno de los que tiene una proporción más alta de este mineral es la muy apreciada ostra.
Atentos a esta tendencia de la "gastrocosmética", un restaurante madrileño ha diseñado un menú energético a base de brócoli procedente de huertos ecológicos que en el plato se combina con otros alimentos mediterráneos.
En este menú es posible probar el brócoli en cinco texturas y tratamientos culinarios diferentes: en zumo, macerado, al vapor, en tempura y salteado, apunta el gerente del restaurante madrileño Silk&Soya.
De ahí el nombre de "gastrocosmética", ya que en términos gastronómicos, que no nutricionales, no es lo mismo hervir y aliñar unos tallos de brócoli en casa que tomarlo en preparaciones de alta cocina.
Para empezar, un cóctel de bienvenida, un surtido de entrantes y makis japoneses rellenos de melón y brócoli macerado con vinagre balsámico y cubierto de virutas de jamón, y como platos principales, solomillo salteado al wok y lubina al vapor con salsa de mango.
De postre: un bizcocho de té verde con sorbete de frambuesa e incluye, de regalo, un juego de productos de belleza (sérum y cremas) con el brócoli como principal ingrediente activo que acaba de sacar al mercado una conocida firma cosmética.