Más de un centenar de personas participaron en el simulacro de emergencias del Trambahía llevado a cabo en la madrugada del 30 al 31 de enero en el apeadero de Río Arillo.
La operación, que finalizó con éxito sobre las dos de la madrugada, consistió en simular un accidente del tranvía que circulaba desde la parada de origen en Pelagatos, ubicada en Chiclana de la Frontera, con destino a la estación de Río Arillo, para continuar por el tramo ferroviario hacia Cádiz capital.
La prueba se produjo a la altura de la estación de Río Arillo, donde el tren sufrió, de forma simulada, un descarrilamiento de su primer bogie (el eje al que sefijan las ruedas del vehículo ferroviario) que afectó a la apertura de la primera puerta derecha en sentido de la marcha, y que provocó un incendio en el armario eléctrico del interior del tren, con gran cantidad de humo y afectación a la estación de Río Arillo. En el interior del tren viajaban 45 usuarios a modo de figurantes, entre ellas una persona con movilidad reducida (PMR), además del personal del Trambahía, conductor y operador comercial.
El operativo comenzó con la llamada del conductor de la unidad accidentada al Puesto de Control Central (PCC) en Pelagatos, que a su vez avisó al CH24 (Puesto de Control en Santa Justa) de Sevilla para la solicitud de ayuda externa. La emergencia, que fue catalogada de Nivel 1, requirió de la actuación de Protección Civil (112), Policía Municipal de San Fernando, Consorcio de Bomberos de la provincia de Cádiz, Emergencias Sanitarias, Guardia Civil y Policía Nacional. Los bomberos, que fueron los primeros en llegar, sofocaron el incendio y evacuaron a los usuarios del Trambahía, con ayuda del personal de operaciones, a una zona de seguridad establecida en el camino de Santibáñez.
De especial complicación fue el control de accesos y la gestión de la noria de ambulancias, que una vez llevado a cabo el triaje a los heridos, trasladó a los más graves a los hospitales.
El simulacro tuvo por objeto poner a prueba el sistema de emergencias del Trambahía y su capacidad de reacción ante averías y accidentes tales como este incendio, que necesitó la actuación de los servicios sanitarios y de seguridad externos, así como de la propia Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, que gestiona este sistema de transporte, y la propia Renfe, encargada de la prestación del servicio.
Además, el simulacro de emergencias sirvió para consolidar la formación del personal que interviene en la gestión de incidencias; verificar los procedimientos de actuación; comprobar los protocolos de comunicaciones, y evaluar la coordinación entre la Agencia de Obra Pública y Renfe Viajeros con los colectivos implicados, en cuanto a tiempos de respuesta, competencias y funciones de la emergencia.
La consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz, que presenció la operación del simulacro junto al alcalde de Cádiz, Bruno García, destacó la importancia de estas maniobras para “comprobar la eficacia y coordinación entre el operador, las fuerzas de seguridad y equipos sanitarios en caso de accidentes”. En esa línea, agradeció la colaboración de todos los servicios de emergencia que participaron en el simulacro, así como de todo el personal del tranvía.
En el simulacro también estuvieron presentes la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, el director gerente de la Agencia de Obra Pública, José María Rivera, y la delegada territorial de Fomento en Cádiz, Carmen Sánchez, así como por representantes de Renfe y ADIF.