No se trata de generar alarmismo. Ni mucho menos. Pero si miramos los datos de agua embalsada a estas alturas del año en los embalses que suministran a las localidades gaditanas y, en concreto, a Chiclana, la cosa, cuando menos, resulta preocupante. Con un periodo de sequía que va camino de los cinco años, el agua embalsada asciende en estos momentos a 275 hectómetros cúbicos o, lo que es lo mismo, los embalses gaditanos se encuentran al 15.10% de su capacidad (1.821 hm3) . Es decir a casi la mitad del año pasado por estas fechas (564 hm3) e infinitamente por debajo de la media de los últimos 10 años (951 hm3).
Con la posibilidad de restricciones a corto o medio plazo si las lluvias no comienzan a ser copiosas, en la localidad, al igual que en el resto de destinos de costa del litoral gaditano, ya empieza a existir cierta preocupación de cara a la situación que se pueda vivir en verano, temporada alta para el turismo.
Y es, como apunta el alcalde de Chiclana, José María Román la ciudad, gran locomotora del turismo en la provincia de Cádiz, se juega en esos meses nada menos que 1.800 millones de euros, además de miles de empleos, con la entrada en servicio de la amplia red de hoteles que se reparten a lo largo y ancho de la franja litoral; a la que se une el llamado turismo residencial.
“Nosotros tenemos un temor ahora mismo con la situación que hay de sequía”, reconoce el alcalde, “y, obviamente, yo espero que el gobierno andaluz tome medidas para que, en modo alguno, podamos estar en una situación de crisis de falta de agua en verano. En plena temporada turística, sabiendo la economía que mueve el turismo en Andalucía, en el litoral andaluz y, muy en concreto, en nuestra localidad, que como sabemos es el motor más importante del turismo en la provincia de Cádiz”. “Por lo tanto”, añade José María Román, “si se está hablando de desaladoras portátiles, pues bienvenidas sean, igual que la puesta en marcha de los pozos de aguas subterráneas que tenemos para complementar, pero todo antes de poner en riesgo el importante montante económico de los 1.800 millones de euros que supone el impacto de los meses más fuertes de la temporada turística en Chiclana”. Temores que comparte uno de los sectores que, para su supervivencia, mayor dependencia tiene del turismo y, en muy en especial, de su temporada alta, el hostelero.
“Obviamente, el tema de la sequía es algo que nos preocupa, y mucho. Todos los negocios dependemos del agua y cualquier alteración de suministro que pueda existir a consecuencia de la sequía nos perjudica; más aún durante la temporada alta”. “No obstante, al menos por el momento, preferimos ser optimistas y pensar que en estos meses se va a solucionar en parte con la lluvia, si esto no ocurre, esperamos que se tomen las medidas correspondientes para no dañar una época trascendental para nosotros, para Chiclana”, apunta el presidente de los hosteleros de la localidad, Vittorio Canu. Lo mejor, es que aún quedan por delante unos meses para que la lluvia haga acto de presencia como se necesita y alivie la actual situación de cara a primavera y verano.
La patronal de la hostelería gaditana (Horeca-Cádiz) muestra su preocupación por la actual situación de sequía que atraviesa la provincia, más aún cuando tras un 2023 con datos muy positivos, espera que este nuevo año sea aún mejor para el sector. En declaraciones a Europa Press, el presidente de Horeca, Antonio de María, ha señalado que “el suministro de este servicio está garantizado por ley en los hoteles gaditanos”. No obstante, en el sector existe cierta preocupación porque la sequía pueda afectar a las reservas, una de las herramientas para establecer previsiones.
