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José Luis Bimbela: “La bondad es tendencia natural”

El psicólogo salubrista defiende en su nueva obra que la bondad es “la base de un cerebro sano” y se puede entrenar

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  • El psicólogo José Luis Bimbela. -

José Luis Bimbela es doctor en Psicología, psicólogo salubrista y  profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Hace unos diez años planteó quitarse la vida, pero rehusó a hacerlo porque se dio cuenta de que haría un daño inmenso e innecesario a sus padres, y decidió desarrollar líneas de trabajo en el ámbito de la salud espiritual. Desde entonces, se ha cruzado con personas como Ainhoa Videgain, psicoóncóloga y experta en cuidados paliativos, gracias “a la que me reconcilié con el género humano”.

Bimbela relata a INFORMACIÓN que Videgain le comentó que cuando preguntaba a las personas a las que acompañaba en sus últimos días de vída cómo le gustaría que le recordaran, “todas, absolutamente todas, les respondían hablándole de aspectos positivos, como buena persona, entregada, comprometida, generosa, altruista”.

A aquella experiencia, la pandemia, que obligó a parar, y el encuentro con Josep María Esquirol en una jornada sobre el dolor crónico post Covid, en el que el filósofo defendió que “el movimiento más radical y más humano es el de cuidarnos” y que “la revolución no puede ser sino la de la generosidad y la fraternidad”, le decidieron a escribir durante 2022 el libro que “tanto tiempo llevaba dando vueltas en mi cabeza y en mi corazón”.


Se trata de Bondad. Práctica y radical (Desclée De Brouwer). En esta publicación, Bimbela parte de la reflexión de Alexandre Jollien que planteó en 2002 que “la suprema inteligencia se llama bondad”, y las conclusiones de expertos como Richard Davidson, doctor en Neuropsicología e investigador en neurociencia afectiva, que en 2017 declaró que “la bondad es la base de un cerebro sano y se puede entrenar”.

“Confirmé lo que ya intuía, que el ser humano aspira a la bondad. A hacer el bien. A dar y a darse”, explica, “a que la bondad es una tendencia natural”, apunta Bimbela, que echa mano del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua que define precisamente el concepto como “cualidad de bueno, natural inclinación a hacer el bien, y acción buena”.

En el libro, por tanto, detalla, en primer lugar, los beneficios de practicar la bondad en las cinco dimensiones del ser humano: en la salud física, en la salud social, en la salud emocional y espiritual y la salud ética.

Pero también anima a levarla a práctica cada día, citando a José Antonio Marina sobre la inutilidad de tener buenas intenciones sin llevarlas a la práctica. De ahí el título de la obra. El autor se detiene en la segunda palabra que aparece, radical. “No es excusa tener un mal día”, advierte.

Para alcanzar el objetivo deseado, Bimbela plantea en el subtítulo una fórmula para ejercer eficazmente los comportamientos bondadosos. “Primero, el yo conmigo (los diálogos internos, los pensamientos, las habilidades éticas, espirituales y emocionales); después, el yo contigo (la comunicación interpersonal, las habilidades sociales, el contagio social); y, finalmente, para redondear y consolidar la intervención, el nosotros y nosotras (compartiendo, sumando, cooperando, negociando), escribe en el prólogo.

El psicólogo salubrista sostiene “que no conozco aventura más apasionante que el autoconocimiento”, incluyendo, por supuesto, “los aspectos más luminosos y bellos, y también los más sombríos y desagradables”, y “entre ambos extremos, la inmensa variedad de situaciones, emociones, decisiones, relaciones y acciones” que hay que afrontar, subraya, siempre desde la “autocrítica amorosa, tan necesaria para crecer y avanzar, para mejorar y para consolidar los cambios”. Por ello, propone llevar a cabo autoevaluación por medio de lo que ha dado en llamar “selfie conductuales”. Bimbela aclara, a continuación, lo que no es bondad. Reconoce que esa parte es complicada del libro, pero necesaria, del mismo modo. “Las aresiones, lógicamente, no lo son; pero tampoco lo son la mediocridad, el conformismo, el cinismo o la ironía, que es una broma con mala leche”.

Aún tiene tiempo de responder a una pregunta obvia: ¿cómo creer en la bondad en estos tiempos de guerra? “El conflicto es anti natura. Me quedan dos telediarios, pero daré la batalla para dejar claro que el crimen no beneficia a las personas buenas; y las personas buenas somos mayoría”, dice.

 

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