El codirector del centro Virgen del Consuelo de Ciempozuelos, Luis Miguel Aranda, responsable del olvido, compareció ayer ante la prensa en una sala de esa misma residencia.
Visiblemente nervioso y emocionado, el hombre explicó algunos pormenores del suceso, ocurrido el sábado pasado y que ha terminado con la muerte de dos ancianos en silla de ruedas y con demencia senil, de 83 y 87 años.
Explicó que el sábado pasado llegó a la residencia con la furgoneta del centro que empleaba para el traslado de ancianos y que, en primer lugar, se ocupó de los “abuelos con alzhéimer”, de modo que “como siempre, como medida de prevención, se les llevó a la sala habilitada donde están los trabajadores del centro”.
Tras esa acción, Aranda suele bajar de nuevo al aparcamiento para ocuparse de los otros pacientes.
Sin embargo, se produjo una inesperada llamada que alteró el proceso normal.