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Jerez

La historia de empoderamiento de Mara Carou

Tras trabajar en un banco decidió cumplir su sueño abriendo un centro de estética. Hoy es referente nacional en trabajos de micropigmentación

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  • Mara Carou -
  • Se ha convertido en ganadora del Campeonato Wulop en micropigmentación a nivel nacional

Su nombre real es Tamara Perdigones. El nombre por el que la conocían los clientes que acudían a la sucursal bancaria en la que trabajaba en la Rotonda de los Casinos. Allí estuvo siete años, hasta que llegó un momento en el que entendió que aquél no era su “sitio” y que debía perseguir su sueño.

“Desde pequeña siempre me gustó dibujar y el tema de la estética, pero mi madre me decía que  primero tenía que estudiar, que después me quedaba toda la vida para intentarlo. Estudia y ya veremos, me decía”. Así que estudió, trabajó y lo intentó. Fue así como se convirtió en Mara Carou, que es el que nombre que rotula su centro de estética en Jerez y con el que ha logrado cumplir ese sueño que tenía desde niña.

“La mía es una historia de empoderamiento”, subraya orgullosa después de haberse convertido en ganadora del Campeonato Wulop en micropigmentación a nivel nacional, lo que le permitirá representar a España en noviembre en la final internacional que se celebrará en Turquía y en la que se medirá frente a representantes de otros 63 países de todo el mundo. “No me imaginaba que fuera un mundo tan  bonito, y que además te reconozcan tu trabajo”, confiesa, al tiempo que admite que le apasiona tanto lo que hace que “ahora se podría decir que no trabajo. Esta es mi vocación, lo que me gusta. Los sueños se luchan y se consiguen.”.


Mara comenzó por formarse como maquilladora y a finales de 2018 decidió abrir su propio negocio en el que se ha especializado en micropigmentación. “Dibujo pelitos en las cejas, principalmente, de las mujeres,  para que se asemejen a la ceja natural”, resume de forma coloquial. “Ni en mis mejores sueños imaginaba este éxito en mi negocio y este premio a nivel mundial”, confiesa emocionada después de haber superado una etapa tan difícil como la de la pandemia, que se presentó cuando apenas llevaba poco más de un año con su negocio abierto al público.

Asegura que el éxito de su trabajo, y el que le ha permitido alzarse con el citado galardón, es que se caracteriza por ser “sutil trabajando y buscar la naturalidad”, ya que “lo que vas haciendo frente a una mujer con poco vello es resaltar la belleza que tiene esa mujer”.

Además, no para de formarse. Cada tres meses acude a un curso a mejorar sus habilidades y a conocer nuevas técnicas. En uno de ellos aprendió el efecto de polvo de hadas. “Nadie hacía esa técnica en Jerez y eso me abrió la puerta a trabajar otro tipo de detalles estéticos”. Entre sus clientas hay muchas pacientes oncológicas o personas que padecen alopecia. “Es de los trabajos más bonitos”, aunque también tiene clientes jóvenes que “van buscando mejorar... Pero que no se note”, apostilla con una sonrisa.

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