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Alberto II de Mónaco: "La presencia de mi madre, Grace Kelly, es aún muy real"

Icono de elegancia, estrella de Hollywood, ganadora de un Óscar y musa de Alfred Hitchcock. Grace Kelly abandonó el celuloide en el mejor momento de su carrera

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Grace Kelly.

Alberto de Mónaco.

Alberto de Mónaco.

Una estatua de la Princesa Grace Kelly en el Princess Grace Rose Garden de Mónaco.

Alberto de Mónaco.

  • Se convirtió en la princesa de Mónaco en 1956, un cuento brutalmente interrumpido hace 40, cuando murió al despeñarse el Rover P6 que conducía
  • En una entrevista, su hijo el Príncipe Alberto II se confiesa, con cierto pudor, sobre el vacío que todavía siente y el legado de su madre

El 13 de septiembre de 1982 era una jornada que se presentaba "completamente banal". Nada hacía presagiar el fatal desenlace. El soberano de la dinastía Grimaldi había regresado la noche anterior de ver un partido de fútbol en Génova, ciudad italiana a pocas horas en coche del Principado. "Era una jornada de vuelta al trabajo, de fin del verano. Empezaba una nueva semana", recuerda, con un hilo de voz. Hasta que recibió una llamada de su padre, Rainiero III.

"Nunca se me pasó por la cabeza que le pasase algo, sabía que ella iba a viajar a París el día siguiente", relata. Esa mañana del 13 de septiembre de 1982, Grace de Mónaco perdió el control de su vehículo, que se precipitó varios metros en una escarpada carretera de La Turbie, una localidad francesa próxima a Mónaco.

Su hija Estefanía, que iba de copiloto, sobrevivió; su madre, no. Estuvo agonizante varias horas hasta que el 14 se certificó su fallecimiento. La actriz de Hollywood transformada en princesa de Mónaco, un cuento de hadas que había hecho soñar a tantos, terminó abruptamente. "La pena sigue ahí, en el fondo del corazón", reconoce el soberano.

Rodeado de fotos de su madre, procedentes de su colección privada, hace balance de la ausencia de sus progenitores. "Hay momentos -sucede también con mi padre (fallecido en 2005)- en que pienso que están aquí, en algún lado, que los vamos a ver en un camino, en una calle, en un pasillo del Palais. La presencia es todavía muy real entre nosotros".

Alberto II perdió a su madre de joven. Tenía 24 años (ahora 64). ¿Cómo la recuerda cuatro décadas después? ¿Qué aprendió de ella? "La paciencia, saber escuchar al otro, ser generoso, considerar a los demás, una cierta sociabilidad y, sobre todo, la solidaridad".

“LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN”
La ganadora de un Óscar a la mejor actriz por "The Country Girl" (traducida en español como "La Angustia de Vivir", 1954) tenía lo que el príncipe define como "la inteligencia del corazón". "Sabía cómo mostrarse a los demás y mostrar un poco de humanismo. Es eso lo que marcó a la gente, es lo que marcó a todos los que la conocieron".

La recuerda también como una madre presente, a pesar de los compromisos oficiales que iban aparejados a su función. "Cuando éramos niños estaba ahí para curarnos si nos raspábamos la rodilla y más tarde, siempre estaba disponible para escucharnos si teníamos un problema, para aconsejarnos. Siempre estuvo muy atenta a todas nuestras etapas de la infancia y la adolescencia", rememora.

Cuarenta años más tarde todavía evoca con dolor y cierta incomodidad las habladurías en torno al accidente que terminó con la vida de su madre. Se dijo que su hermana Estafanía, entonces menor de edad con 17 años, iba al volante, no la princesa Grace. El rumor fue desmentido por las investigaciones oficiales.

"Desgraciadamente, al público en general y a los medios en concreto, les encanta buscar una explicación cuando no la tienen o cuando tienen poca o insuficiente información. Pero sucede que a veces hay derivas que son difíciles de aceptar", zanja Alberto II.

LA CURIOSIDAD DE LOS GEMELOS JACQUES Y GABRIELLA
Jacques y Gabriella, de 7 años, son los hijos gemelos de Alberto II que ya preguntan por su célebre abuela. "Han visto muchas fotos de ella. Saben quién es y seguro que les mostraré más cosas", cuenta. Reconoce eso sí, que les ha costado tiempo comprender por qué tienen abuela materna (de la parte de la princesa Charlene de Mónaco) y no paterna.

En todo caso, ya han visto una película de Grace Kelly, "La Angustia de Vivir", una tarde que la pusieron en televisión. El soberano vio algunas más junto a su madre: "Atrapa a un ladrón" (1956), "Mogambo" (1953) y "La Ventana Indiscreta" (1954).

"Es una impresión extraña -subraya- porque la ves en una situación completamente diferente (en la pantalla), y es tu madre la que está a tu lado".

Amante del western, el príncipe, como Jacques y Gabriella, también sentía curiosidad, sobre todo por los bastidores de las películas en las que participó Grace Kelly.

"Había veces que se lo pasaba en grande en los rodajes porque nacían amistades verdaderas entre ella y Frank Sinatra, Gary Grant, James Stewart o Alec Guiness".

¿Fue difícil para ella dejar prematuramente una carrera tan exitosa en Hollywood? "Seguro que lo fue, pero mis padres estaban enamorados y quisieron formar una familia".

La charla acaba y Alberto II posa al lado de algunas fotografías en blanco y negro de su madre. "Me han dicho que yo era el más parecido a su forma de ser, pero creo que en cada hijo hay una cualidad del padre y de la madre". 
 

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