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Cádiz

Domingo de Ramos tras el letargo de dos primaveras en la sombra

Cádiz se echó a las calles el Domingo de Ramos: es Semana Santa, vivan lo soñado

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  • Expectación en las calles de Cádiz este Domingo de Ramos. -

“El Domingo de Ramos quien no estrena se le cae la mano”, nos repetían en un dicho muy antiguo, para que las niñas bonitas y los señores lucieran sus flamantes galas... Tras el letargo de dos primaveras en la sombra, un sueño florece nuevamente, es Domingo de Ramos, nuestro estreno será la explosión de los colores y los sentidos, el desempolvar gozo y memoria, la nostalgia que aflora en un repique de campanas josefinas por la avenida camino de un Cádiz que ansía Semana Santa, Jesús de la Paz sobre la borriquita será el despertar a la vida que un día nos arrebataron, el Dios de los niños que aprenden a ser cofrades al bamboleo de las amarillas palmas y bajo las alas de un corazón de Amparo, el de la Virgen primera con brillo remozado alfombrando la calzada de olivo e infantiles desvelos de ahora y siempre, la ilusión primera de nuestra Semana Mayor.

También Salesianos vuelve con sus alumnos y sus padres a plantar por las calles la semilla de Don Bosco, en los andares valientes de Jesús del Amor y su flamante misterio, Despojado por los sayones mostrando así el torso desnudo del Señor que seducirá a los fieles de este pueblo con su mirada entregada, no obstante, en la Auxiliadora morada, Concepción seguirá soñando varales y bambalinas venideras para conformar un palio de bendiciones algún Domingo de Ramos, todo llega.

El Santuario Dominico se ha vestido de gala porque la ilusionada Junta de Gobierno de esta Sacramental Hermandad se dispone al fin a irradiar Eucaristía con el Señor del Milagro por su calle de Sopranis, reguero blanco de pan bendito, nazarenos de la Cena a los que aguarda cantando el Santo Rosario la Reina de Todos los Santos, “Tamtum ergo Sacramentum” que desde el barrio suena en los sones mudados de Polillas. 

Violeta veremos tornarse la tarde en las castigadas piedras de San Lorenzo cuando dé a luz por fin un río de capirotes rojos que anteceden al maniatado de las Penas deshecho en sudor y sangre roja como el manto de la Virgen niña de la Caridad agasajada con puntadas de oro y sedas con las que sus hijos endulzan el dolor de su Madre, Pilar y bandera de esta humilde archicofradía.

En San Agustín, la decana del día está de aniversario, ciento veinticinco años cumple esta Hermandad desde su reorganización, historia que refulge como la policromía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia felizmente recuperada de los estragos del tiempo, la púrpura y el escarnio del Cristo que espera en áureo joyero primaveral, haciendo sereno el llanto de la Amargura gaditana, cumbre de la belleza de Santos Rojas para devoción y deleite de nuestra tierra.

Vuelve la vida, el bullicio, la emoción, niños pidiendo cera, la promesa, la túnica, los globos, las arropías, los pirulíes y las manzanas de caramelo, el lejano son de tambor, el sendero hecho de miradas expectantes, el silencio y el temblor, Cádiz se echa a las calles, es Domingo de Ramos, es Semana Santa, vivan lo soñado.

 

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