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"Revientan puertas pero vivimos en un país que premia al delincuente"

Un vecino de la calle Doctor Enrique Garralón de La Línea nos relata cómo es tener de vecinos a unos okupas. Ayer mismo tuvieron que llamar a la Policía

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  • Puerta de contadores forzada -

Vive en un edificio de 16 viviendas, en la calle Doctor Enrique Garralón de La Línea. No quiere hacer público su nombre, por miedo a posibles represalias. Pero como él, el resto de familias, "normales, con hijos o personas mayores", viven "con el miedo en el cuerpo".

Una de las casas, según nos cuenta, "el propietario la tuvo alquilada desde el principio. No pudo pagar y el banco la embargó". Así comenzó todo. "El año pasado nos dimos cuenta en la primera reunión de vecinos de que habían okupado la casa. Apareció una señora que decía que había comprado la llave por 3.000 euros. El administrador le dijo que no tenía derecho a nada y ella dijo que se iba a portar bien".

Los vecinos nunca denunciaron ese caso, a pesar de que llegó a enganchar la electricidad en el contador de un vecino y, en varias ocasiones, "se lió a mamporros con la puerta del portal y con la de contadores".

Hace un par de semanas, en concreto el día nueve, vieron llegar a otros "inquilinos", dos hombres y una mujer de origen árabe. Los vecinos, hablaron con ellos y pudieron saber que "habían pagado 300 euros por la llave". Consiguieron la llave del portal y "se hacían los tontos, como si hubieran comprado un piso y querían contratar agua y luz". Los mismos vecinos les aclararon que "estaban viviendo en okupación".

Hasta en dos ocasiones se han encontrado con la puerta de contadores forzada. La última, ayer por la mañana, por lo que llamaron a la Policía Nacional, que acudió al lugar. Según ha podido saber, VIVA, se llevaron a uno de los presuntos okupas a Comisaría porque no tenía documentación.

"Ellos revientan puertas pero vivimos en un país en el que se premia al delincuente", lamenta este propietario, que considera que "la ley tiene que cambiar".

El miedo les invade ante esta situación. "El problema que veo es que cuando estamos trabajando, pueda entrar alguien en mi casa. Estamos muy preocupados. Es una comunidad tranquila, y esto trae droga y otro tipo de problemas".

Por ello, critica que "la ley hoy en día les ampara y las víctimas, que realmente somos nosotros, somos los perjudicados". 

 

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