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"Tuve miedo por la vida de mis hijos durante el incendio"

Carlos es el cabeza de la familia que ayer lo perdió absolutamente todo en el incendio de la vivienda en la que residían en la calle Padre Pandelo. Fue él quien descubrió las llamas y quien avisó a su familia y también a los vecinos. Está muy agradecido hacia todos los que les han ayudado

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  • Incendio en vivienda -

Todavía tiembla su voz cuando relata el infierno en llamas al que se enfrentó ayer por la mañana. Carlos Díaz es el cabeza de la familia que ayer lo perdió absolutamente todo en el incendio que asoló la vivienda en la que residían en régimen de alquiler desde hacía tres años. Y fue también él quien descubrió el fuego. "Mi hijo pequeño, de 5 años, y yo nos habíamos quedado dormidos en el salón. A eso de las 7.30 de la mañana me desperté y ví una llama por detrás del sofá en el que dormía el niño". Supo reaccionar de inmediato, a pesar del sobresalto, y "con la misma manta que se abrigaba mi hijo, intenté sofocar el fuego. Pero fue imposible".

Fue él quien, en medio del caos, sacó a su hijo de donde estaba y, "a gritos", despertó al resto de la familia. En ese momento dormían en la vivienda de la calle Padre Pandelo su esposa y otros tres de sus cinco hijos, de 8, 11 y 13 años. La mayor, de 16, había pasado la noche en casa de una amiga.

También fue él quien, al ver que tampoco echando agua se apagaba el fuego, salió de su casa para avisar a los vecinos "llamando a todas las puertas", hasta que llegó la policía.

"Temimos por nuestras vidas. Yo, sobre todo, temí por la vida de mis hijos. Todavía tenemos el miedo en el cuerpo. No hemos podido dormir. Veo el fuego a todas horas", asegura consternado. 

Desde fuera vieron el trabajo que hacían los bomberos, que han calificado este incendio como el "más complicado" de los últimos años en la provincia de Cádiz. Desde abajo vieron cómo las llamas consumían recuerdos y pertenencias personales. "Nos hemos quedado sin nada". 

Colaboración

Afortunadamente, ante este tipo de sucesos se aprecia la humanidad de un pueblo. "No han parado de traernos cosas, comida y ropa, principalmente. Gente de La Línea, de San Roque, de Puente Mayorga, de Sotogrande...". Por ello, asegura que "no tengo palabras para agradecer a todo el mundo su ayuda. A la Poli Local, a la Policía Nacional, a Bomberos, a los médicos y, como no, a la barriada".

Por eso, cuando el Ayuntamiento les dijo que buscaran una vivienda en alquiler, que durante dos meses costearán las arcas municipales, no quisieron dejar esa zona. Ayer mismo pasaron allí la noche.

Situación familiar

Pero esta familia, que ha visto como todos se han volcado con ellos, pide a gritos dos cosas: por un lado, una vivienda  de protección oficial "con la que, al menos, poder seguir sobreviviendo como hasta ahora" y un trabajo, bien para él o para su esposa. Ella ha trabajado como limpiadora en el Ayuntamiento. Él era instalador eléctrico, pero a sus 47 años está jubilado por cuestiones de salud. "Estoy tres veces operado de colon y estómago y tengo artritis en cervicales que me está tocando la médula", explica. Así, tiene una pensión de 600 euros con la que mantener a su esposa y a sus 5 hijos menores.

A pesar de todo, la generosidad se deprende de sus palabras, cuando explica que cree que los propietarios del piso calcinado no tenían seguro de hogar: "Estoy disgustado por ellos, porque  nadie les ayuda y tampoco a nuestros vecinos". 

 

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