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Campo de Gibraltar

La exposición de Cruz Herrera redescubre al insigne pintor

La muestra reúne sus primeros pasos, desnudos, cruce de culturas o bodegones

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  • Imagen de la exposición -

El 1 de octubre se cumplió el 122 aniversario del nacimiento del gran pintor linense José Cruz Herrera. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en su sede de La Línea, y el Ayuntamiento, han organizado actos conmemorativos de esa fecha y del 40 aniversario de su muerte.
Conferencia de Mustafa Akalay, homenaje de escritores campogibraltareños y, sobre todo, una magna exposición sobre la figura de este insigne pintor linense. Exposición que deberíamos ver todos los habitantes de esta comarca, porque es de una categoría excepcional y supone un evento cultural nuestro, muy nuestro.

La exposición tiene lugar en la sede de la UIMP, en la calle Clavel. Sirve de homenaje y a la vez elabora un catálogo exhaustivo de sus obras más representativas, conocidas y no tanto, que permiten acercarnos mejor a la figura del pintor, su contexto y su obra.

La exposición se ha organizado desde un punto de vista temático, agrupando sus obras en secciones como sus primeros pasos, desnudos, cruce de culturas, y otras como bodegones o escenas religiosas.

De sus primeros pasos, se han seleccionado obras de escenas cotidianas y costumbristas (Fruta de carne), así como su fuerte sentimiento linense que nunca abandonó ( Vista de la Iglesia de la Inmaculada).

Una de sus grandes aportaciones es el retrato de mujer, al que se le dedica un importante espacio en la muestra (El chal amarillo, Uvas de La Línea, Carmencilla en rojo, Perfil de Mabel), junto con sus desnudos, entre los que destaca sobremanera Belleza en reposo.

Como linense y andaluz, ejerciendo de hecho y de derecho, se presenta El aire de mi abanico, Juerga en Granada o Mujeres linenses. Un tema que marcó su trayectoria fue Marruecos, y la fascinación que este país le produjo fue tal que un viaje que comenzó siendo turístico se convirtió en una estancia casi permanente, sobre todo en Casablanca, donde pasó parte importante de su vida.

Ese otro lado del Estrecho que él veía desde  su ventana le llevó a conocer profundamente este país y le marcó como pintor, plasmando en sus lienzos esa cercanía intelectual y emocional con Marruecos, fundamentalmente, en obras como España y Marruecos o en otras como Lluvia en Marraquech, La esclava con la rosa, Circuncisión, Calle de Fez o Judíos.

Con todo ello, se intenta conseguir y se consigue que esta exposición nos acerque a este estilo natural, de sensualidad andaluza y meridional, rico en color y amplia temática.

Como el propio Cruz Herrera dijo en una conferencia en el Instituto de Estudios Africanos en Madrid : “Yo nací en la Línea de la Concepción. Desde la terraza de mi casa contemplaba las montañas azules de África como algo misterioso y adivinaba los miles de asuntos misteriosos que aquellas tierras descubrirían ante mis ojos, que anhelaban mirar y estudiar de cerca”. Y a fé que lo consiguió.

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