El Consistorio conocerá sus nuevos ?inquilinos? el próximo sábado. Los populares pueden negociar para la mayoría o no hacer nada y gobernar en minoría
Cuestión de días. Después de una tranquila pero intensa campaña electoral (la pre-campaña fue más dura) y tras los resultados electorales -fatídicos para algunos, esperanzadores para otros y milagrosos para algunos otros-, parece que llegará la calma al complicado mundo político de Chiclana. José María Román, según indicó en su propio blog -ya que no ha hecho declaraciones públicas desde el 22M-, entregará el bastón de mando al próximo alcalde. Ese momento, cargado de simbolismo, llegará el sábado 11 y, algo de lo que nadie duda, el codiciado bastón será entregado en mano, no tirado.
Toda vez que Izquierda Unida renunció a las primeras de cambio a un hipotético pacto con el PSOE -curiosamente, lo mismo que hace cuatro años, pero con una finalidad bien distinta-, las negociaciones giran en la otra dirección. Entre algunos medios de comunicación y entre muchos vecinos que opinan libremente, todavía no se explican el pelotazo del PVRE, pero, no en vano, los casi tres mil votantes, respaldan al partido vecinal. Una formación que en uno de sus dípticos anunciaba que iba “a introducir la honradez en el Ayuntamiento”.
Es por ello que todos los chiclaneros esperan verlo de esta forma, al igual que las renuncias que ya firmaran ante notario.
Con todas estas cartas sobre el tapete, Ernesto Marín, el candidato más votado y, presumiblemente, el próximo alcalde, deberá hilar fino para, como el propio popular ha expresado, “no pasar la línea roja” y no traicionar, por supuesto, a su electorado.
Como buen empresario, el popular sabrá negociar y a buen seguro que no querrá perder en su propio feudo, en los despachos. Y es que el regidor que sólo rigiera dos años, tiene en mente la moción de censura posterior al pacto a cuatro bandas, con lo cual, a buen seguro que prefiere gobernar en minoría, pero tranquilo, a hacerlo con holgura y rondándole los fantasmas del pasado. A lo que se suma, de igual forma, las palabras pronunciadas por el presidente de los populares, José Loaiza, sobre la intranquilidad con la tensa calma del vecino político.
Lo cierto es que todas estas incógnitas se despejarán, si todo va bien, en cuestión de días. Además, en plena Feria de San Antonio. Una feria que comenzará con un alcalde y acabará con otro. Cosas del destino. A partir del 11J, Chiclana será distinta. Comenzará una nueva legislatura y sólo el tiempo será juez de este partido.