Sin duda, uno de los grandes proyectos para la ciudad de Cádiz debe pasar por su apuesta por un modelo universitario, siguiendo la tradición de los campus urbanos de Salamanca o Santiago, por poner dos ejemplos históricos. Pero la revitalización del anillo universitario desde el antiguo Gobierno Militar hasta Valcárcel tiene grandes interrogantes, que, sumados a las incertidumbres políticas, pueden abocar a otro fracaso si no se dan las apuestas decididas de las instituciones regionales. Ya con el anterior gobierno de la Junta existían dudas sobre las inversiones en infraestructuras universitarias por su falta de un compromiso plurianual, a lo que debíamos agregar el demorado y prometido nuevo sistema de financiación que nunca llegó. Pero en el caso de Cádiz, su crecimiento no puede descompensar la existencia y la proyección de los otros campus universitarios, algunos en ciudades tan importantes como Jerez o Algeciras.
Debe ser un reto para la UCA mejorar el acceso de los estudiantes que viven fuera de la ciudad a las facultades, ya que ello dificulta la vida universitaria, además del coste del transporte público y el tiempo empleado en llegar a algunos centros. Si queremos que Cádiz, y todos los campus universitarios, tengan capacidad de atracción sobre los estudiantes procedentes del resto de las poblaciones, debemos ser capaces de facilitar el acceso de dichos estudiantes, ya que muchos de ellos no tienen capacidad económica para el alquiler de un piso en el centro. Es necesario para ello la existencia de aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad vinculados a la mejora del transporte público urbano.
Si el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía realmente quiere apostar por la ciudad como modelo de campus urbano debería dar un paso más en el anillo universitario, con la rehabilitación del edificio de la antigua sede de la Escuela de Náutica, al objeto de dar continuidad al anillo. Este edificio junto con el de “El Olivillo”, podrían servir de sede incubadora de las empresas spin-off de la UCA, con un perfil tan relevante como el de la Economía Azul. Necesitamos mayores inversiones para adaptar igualmente edificios con deficiencias de mantenimiento. Facultades como Medicina, por ejemplo, necesitan de algo más que una pobre reforma de sus instalaciones. Y una apuesta firme por la defensa del proyecto de traslado de la Facultad de Ciencias de la Educación. Porque recordemos que los edificios históricos cedidos a la Universidad exigen de un mantenimiento mucho mayor que los que pudiera haber llevado a cabo la institución en un campus alejado de la ciudad, con una construcción más moderna y funcional.
Vienen tiempos nuevos, grandes retos que requieren de posiciones claras en defensa de la Universidad como servicio público de calidad, en la docencia, en la excelencia de la investigación y en la transferencia e implicación con la sociedad. Si falla la Universidad fallará el mejor de los resortes que tenemos en nuestra Constitución, la defensa de la igualdad de oportunidades.
