España, en colaboración con Finlandia y Rusia, lanzará en 2011 una cápsula para investigar las condiciones atmosféricas de la superficie de Marte y contribuir así a preparar los primeros vuelos tripulados al planeta rojo.
“Es un paso decisivo para facilitar en el futuro vuelos tripulados a Marte”, explicó Héctor Guerrero, investigador del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y uno de los responsables españoles del proyecto Mars MetNet Precursor Mission.
La cápsula, que se lanzará como carga secundaria de la misión rusa Phobos Sample Return a finales de 2011, está previsto que llegue al planeta marciano un año después para situarse sobre su superficie.
Se trata, consideró el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Luis Vázquez, de una “misión complicada” porque “la atmósfera es tenue, cambia constantemente y los cálculos suelen fallar”.
España, que se incorporó al programa en 2007, ha diseñado íntegramente varios de los instrumentos que la misión desplegará sobre Marte, como un magnetómetro, que permitirá muestrear el campo magnético terrestre, y un sensor de irradiancia solar, que medirá las regiones visible, ultravioleta e infrarroja.
DATOS TÉCNICOS
Un enlace de comunicaciones ópticas inalámbricas y un sistema barredor con un sensor de polvo depositado completan la aportación española a este proyecto espacial trilateral.
En total, son 135 gramos de carga útil tecnológica, que representan el veinte por ciento del peso de toda la instalación, y que servirán, por ejemplo, para investigar la concentración de ozono y vapor de agua en la atmósfera o realizar mediciones in situ del campo magnético.
Se espera que los datos obtenidos “arrojen luz” sobre la estructura y la composición internas de Marte, “inaccesibles” hasta ahora por las características del planeta rojo. Los datos serán enviados a las estaciones de espacio profundo de Robledo de Chavela (Madrid) y de Cebreros (Ávila).
Para el máximo responsable de la misión, Ari-Matti Harri, del Instituto Finés de Meteorología, se trata de una misión de “bajo coste” con un presupuesto de 30 millones de euros, de los que España ha aportado alrededor de cinco millones. “Desde el descubrimiento de América siempre ha existido un hallazgo importante cada sesenta años”, aseguró Vázquez, por lo que ha confiado en que el hombre llegue a Marte antes de 2030.
En este sentido, Guerrero aseguró que el planeta rojo, “que ya fascinaba a los egipcios”, será “la solución” dentro de 500 ó 1.000 años “si en la Tierra nos va mal”.
Cualquier viaje tripulado a Marte tendría que permanecer en el planeta rojo más de dos años, pues la Tierra, el Sol y Marte se ponen en oposición cada 26 meses y son “las ventanas para viajar”, según Vázquez.
Con la experiencia del primer lanzamiento, los responsables del proyecto esperan enviar una segunda sonda, que llegaría a Marte en 2015, y sumar a “medio plazo” otras dieciséis cápsulas.
Para Vázquez, la investigación espacial en Marte es un “carrera de fondo”, que animará la investigación, porque “la sociedad española, a diferencia de lo que sucede en otros países, aún no ve héroes en sus científicos”.
El consorcio español está constituido por la Universidad Complutense y la Carlos III de Madrid, la Universidad de Sevilla, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el INTA.
Los principales científicos del proyecto participaron la pasada semana en el seminario La exploración de Marte, dentro los cursos de verano que organiza la Complutense en San Lorenzo de El Escorial (Madrid).