Aquellas personas que en su dieta diaria no puedan consumir productos alimenticios que contengan entre sus ingredientes gluten, azúcar o lactosa están de enhorabuena ya que desde hace escasos días el Mercado Central de Abastos de Cádiz ha ampliado su paleta de ofertas gastronómicas de la mano de la comerciante Alexandra Terrero.
El puesto 113 de la gaditana Plaza es el lugar indicado para comprar alimentos de muy diversas índoles, texturas, sabores y composiciones para celíacos, diabéticos, personas con intolerancia a la lactosa y otras muchas que por cualquier eventual circunstancia deban privarse momentáneamente de este tipo de productos.
Tal es el caso de la propietaria del puesto, Alexandra Terrero, que hace un tiempo y debido a una dermatitis que padecía, se vio obligada a dejar de consumir alimentos con gluten durante ocho meses. “Recuerdo con angustia una vez que fui a comer con unos amigos a San José del Valle y en el establecimiento no me podían asegurar que lo servido no contuviese gluten. Así que me quedé de espectadora mientras mis amigos comían”, asegura.
A modo de ejemplo, en Cádiz los restaurantes que ofrecen menús para celíacos no llegan a la decena, y si de ellos restamos las omnipresentes franquicias de pizzas y hamburguesas, la cifra se puede contar con los dedos de una mano. Y no solo eso, en buena parte de ellos hay que avisar antes de ir a comer que se desea uno de estos menús especiales.
Terrero, conocedora en primera persona de las dificultades que supone encontrar estos productos tan específicos y que hasta hace poco solo se encontraban en las grandes cadenas de alimentación y en contados comercios de nutrición, advierte de que “no es oro todo lo que reluce en los productos que en su envase puede verse la leyenda ‘sin gluten”. La comerciante avisa que “hay una letra pequeña, generalmente en la parte posterior del envoltorio que admite que dicho producto puede contener trazas” de aquello que no se puede consumir, precisamente.
Visto lo cual, a Terrero se le encendió la bombilla descubriendo un nicho de mercado sin explotar en el mercado, valga la redundancia, y abrió este novedoso puesto dedicado a la alimentación de personas con problemas de intolerancia, que convive con los tradicionales locales de la Plaza dedicados a la venta de pescados, mariscos, carnes, embutidos, frutas o especias.
Dulces, tartas sin alérgenos, harinas, pasta, pan, bollería, embutidos y hasta bombones y chocolates aptos para todos los públicos están expuestos y a la venta en este puesto. Por no olvidar la cerveza sin gluten, que también la hay en el local, junto a golosinas para niños y no tan niños, de diversos formatos y de conocidísimas marcas. También, y como complemento a su oferta, hay a disposición de la clientela bocadillos que, naturalmente, están libres de gluten, azúcar y lactosa.
Terrero acaba de arrancar en esta aventura empresarial, tanto es así, que el rótulo del establecimiento aún lleva el nombre elegido por el anterior propietario –Teté-, y no el que ella piensa ponerle –Sandra-, pero confía en que con la fiesta de Tosantos y la afluencia de público que arrastra al Mercado, su puesto se dé a conocer y alcance la difusión que ella espera.