La lluvia constante repartida por toda la península también se ha hecho notar en el seno del mundo cofrade. Durante toda la semana pasada, la Cofradía del Perdón estuvo estudiando los partes meteorológicos para la mañana del sábado 12 de octubre y a la vista de los mismos decidió la suspensión de la salida del Rosario de la Aurora y la modificación de los cultos.
Más suerte corrió la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Cádiz, que sí pudo celebrar el pasado sábado su tradicional Misa Extraordinaria en el Santuario del Rocío.
Además de cada cita en Pentecostés, las hermandades del Rocío se trasladan hasta la Ermita, con su simpecado, a lo largo del curso para para celebrar la Eucaristía junto con la Hermandad Matriz de Almonte, quien coordina este calendario de peregrinaciones extraordinarias.
Tras la celebración, tuvo lugar una jornada de convivencia entre los asistentes en la Casa de Hermandad situada en la calle Cohetero, nº1. Ya en la tarde-noche del sábado, los rocieros gaditanos participaron en el Rezo del Santo Rosario por el entorno del Santuario del Rocío junto al resto de hermandades que peregrinaron durante todo el fin de semana. A su conclusión, iniciaron el regreso hacia la Casa de Hermandad para entre las plegarias y rezos de los romeros despedir al Bendito Simpecado, durante la preparación y guarda por parte de las camaristas para su traslado de vuelta hasta la ciudad de Cádiz.
Previo a estos actos, en la madrugada del 12 de octubre también tuvo lugar un acto íntimo de oración y recogimiento en torno al Bendito Simpecado durante su entronización en el altar dispuesto para la ocasión en la capilla de la Casa Hermandad en la Aldea que posee la corporación gaditana.
Por otra parte, el Seminario Conciliar Bartolomé de Cádiz acogió, la tarde del jueves 10 de octubre, la Solemne Apertura del Curso Académico de los Centros de Estudios Diocesanos. La inauguración oficial de este curso comenzó con la celebración de la Santa Misa en la Iglesia de Santiago de la capital gaditana, presidida por el obispo diocesano. Rafael Zornoza aseguró durante la homilía que “iniciamos el curso oficialmente, un momento en el que comenzamos como discípulos del Señor, como verdaderos cristianos, orando. Y pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine, que nos fortalezca, que nos consuele… porque es Él el que tiene que hacer crecer nuestra fe, esperanza y caridad, y despertar dentro de nosotros esas sintonías, esas intuiciones para hacernos vivir profundamente la vida cristiana y poderla, con gran profundidad, divulgarla y difundirla en la evangelización”.
El obispo presentó la figura de Santo Tomás de Villanueva, “profesor insigne, un ejemplo y un verdadero modelo para nosotros como estudiante, como filósofo, como teólogo, como profesor y como pastor”.