El próximo mes de junio, si se cumple el calendario previsto, el Obispado de Cádiz y Ceuta comenzará el trabajo de impermeabilización de las cubiertas de la Catedral Vieja después de que haya conseguido el 73,01% de financiación del Gobierno central por medio de la convocatoria del 1,5% cultural, unos 230.979,01 euros, para hacer frente al presupuesto de 316.371,21.
Antonio Sánchez Casas, arquitecto de la diócesis, muestra su contento porque las cubiertas de las tres naves del templo, construidas en 1605 por Juan Gascón, “no se han tocado prácticamente”.
Resueltas mediante bóvedas esquifadas y baídas, que apoyan sobre arcos de medio punto en la nave central y de medio punto peraltado en las dos naves laterales, están revestidas de ladrillo fino prensado en el exterior y vitrificado de varios colores, colocados según la técnica del opus spicatum (espina de pez) de evolución islámica.
“La exposición ha pasado factura”, advierte. La cercanía al mar y el viento han provocado que muchas de los azulejos estén muy deteriorados.
“Hemos acordado con la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, dado que la Catedral Vieja es Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2009, que retiraremos el material de construcción con el máximo cuidado para conservar el mayor número de piezas”, detalla Sánchez Casas.
A continuación, “procederemos a la impermeabilización mediante una lámina de caucho sintético EPDM de alta densidad”.
Finalmente, “repondremos los azulejos”, añade y adelanta que muy probablemente, entre el 30% y el 50% de estos será nuevo, pero reproducidos con técnica similar y la misma textura.
Los trabajos tendrán una duración de seis meses y el arquitecto del Obispado de Cádiz y Ceuta expresa su deseo de continuar con una nueva fase de rehabilitación del templo, sea con los ministerios de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el de Cultura y Deporte, la Administración autonómica o entidades privadas.
Las filtraciones han afectado especialmente a los revestimientos del interior, objeto de una posible segunda intervención.
El edificio lo merece, asegura. La iglesia, denominada de Santa Cruz, pero conocida popularmente como Catedral Vieja, fue el primer templo cristinano de la ciudad, enclavado en el centro del núcleo urbano medieval, donde actualmente se levanta el barrio del Pópulo, y edificado en el solar que antiguamente ocupaba la antigua mezquita mayor musulmana.
Se construyó a instancias de Alfonso X el Sabio y se erigió como catedral en 1.263, expresando el rey su deseo de ser enterrado en ella.
En 1572, el templo sufrió una profunda remodelación, con la reubicación del coro tras el altar mayor y la sustitución de los antiguos pilares por columnas, uno de los elementos más característicos.
En 1606, solo diez años después del asalto a Cádiz de la flota anglo-holandesa, se realizó una nueva transformación en la que se amplió la zona de la cabecera, abriéndose un falso crucero ante la capilla mayor y cubriéndose con bóvedas, las que serán objeto de rehabilitación, las tres naves.
Según reza la declaración de la Catedral Vieja como Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Andalucía en el año 2009, las trazas de estos trabajos se le atribuyen al ingeniero militar Cristóbal de Rojas, considerado como uno de los arquitectos más importantes del manierismo andaluz.
Templo singular por dentro y por fuera
El exterior del templo es sobrio y sencillo, destacando la torre de la capilla del Sagrario. Concebido como iglesia-fortaleza, destaca la originalidad de la iglesia columnaria, que supone la culminación de esta tipología, poco frecuente en el sur de España, y el abovedamiento mixto esquifado-baído, que se distingue por su trasdosado cerámico.
En el interior, es reseñable el retablo barroco seiscentista que cubre el testero de la capilla mayor, que ejecuta Alejandro Saavedra desde 1639, y el retablo de la capilla de los genoveses, de estilo barroco, realizado con mármoles de colores en los talleres genoveses de Tomaso y Giovanni Tomaso Orsolino, instalado en la capilla en 1671.
