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Arcos

Un trabajador esencial durante la guerra contra el Covid-19

La estadounidense Regeneron ha seleccionado al investigador de Arcos Jordi Moreno para dar soporte al equipo de monitores que trabaja contra el virus

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  • Jordi Moreno siente como un reto el encargo para luchar contra el coronavirus. -

La farmacéutica norteamericana Regeneron ha anunciado que ya ha comenzado la evaluación de un tratamiento experimental en pacientes hospitalizados con Covid-19. Se trata de un ensayo que aporta un medicamento que inhibe la interleucina-6 (IL-6), que puede desempeñar un papel en la conducción de la respuesta inflamatoria hiperactiva en los pulmones de pacientes afectados de coronavirus.

El laboratorio estadounidense ha seleccionado al investigador de Arcos de la Frontera Jordi Moreno Barroso para dar soporte al equipo de monitores e impulsar así un proyecto contra el coronavirus que tranquilice al planeta sobre una pandemia cuya expansión supone la mayor preocupación universal. La elección no es gratuita, pues el investigador tiene experiencia en ensayos y manipulación de virus. Curiosamente, su experiencia pasa por utilizar los virus para determinados tratamientos, al contrario de lo que ahora se necesita.

Empleado de la empresa Parexel, forma parte de un equipo que trabaja exclusivamente para Regeneron. Si bien se venía dedicando a la supervisión de ensayos, el pasado lunes recibió el encargo del laboratorio norteamericano para diseñar el soporte para los monitores de EE.UU. El ensayo clínico en UCI es bastante complicado, entre otros motivos porque los profesionales no se pueden mover libremente por un hospital…

Regeneron le ha seleccionado para dar soporte al equipo de monitorización estadounidense para el ensayo clínico del Covid-19 que se llevará a cabo. ¿Cuál es exactamente su aportación?
–Es un reto para nosotros porque nos saca de nuestra zona de confort y porque tenemos que manejar los hospitales desde casa. En concreto, me asignarán varios hospitales norteamericanos. Dirigiré los ensayos en las UCI con un fármaco en fase experimental que se probará en pacientes positivos en estado de severo a crítico. Como soporte al equipo de monitorización, somos cuatro europeos. Nosotros vigilamos a los pacientes, su historial clínico, su evolución…

¿En qué se centra su trabajo estos días?
–Estoy trabajando en casa, en Jerez, donde me afinqué hace unos años. Ahora mismo estoy en la fase de entrenamiento; me estoy empapando del protocolo, del manual de laboratorio, del manual de procedimientos, los sistemas que utilizamos de envío de muestras, etc. Un montón de información que tengo que aprender lo antes posible para empezar a trabajar en los hospitales. Una vez que tenga asignado los hospitales, debo contactar con ellos, hacer una visita de inicio que será remota, explicarles cómo hay que hacer el ensayo, y cuando se pongan con los pacientes iré supervisando con los profesionales para verificar cómo van las pruebas, etc. Es importante que nosotros tengamos los datos de ese seguimiento en nuestro sistema para comprobar si el tratamiento es eficaz.

Trabajar en este campo, ahora más que nunca, le supondrá un estímulo profesional…
–Desde luego, es una satisfacción. En primer lugar porque sigo trabajando, porque hay mucha gente que desgraciadamente no puede trabajar en estos momentos, pero también es un orgullo que tu empresa te considere un trabajador esencial para combatir la enfermedad y desarrollar su tratamiento. También es una responsabilidad muy alta. El ensayo clínico en UCI es complicado porque trabajaremos con profesionales sometidos a un estrés muy alto. Digo que será un reto la comunicación por las circunstancias actuales. Estoy acostumbrado a hacer ensayos en oncología, pero luchar ahora contra el Covid-19 es bastante complicado por las circunstancias actuales.

SU CURRÍCULUM

Jordi Moreno Barroso nació en Barcelona, pero con tan solo dos años se trasladó a Arcos, en cuyo IES Alminares realizó la ESO. Después marchó a Sevilla para estudiar inicialmente Psicología durante cinco años. Tras realizar un máster de neuropsicología marchó a Estados Unidos para trabajar durante tres meses en un centro que estudia los daños cerebrales, concretamente en New Orleans. Cuando acabó su máster, le ofrecieron una beca para estudiar un remedio contra el Alzheimer, que realizaría en el sevillano hospital Nuestra Señora de Valmes. Se incorporó directamente a la investigación en este escabroso campo, y dada la experiencia que fue tomando le fueron encargando otros ensayos clínicos. En el también sevillano Hospital Universitario Virgen del Rocío le encomendaron el proyecto Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Como en los hospitales los contratos son complicados –explica- saltó a la empresa privada para probar suerte en varias firmas y compañías, hasta que en septiembre pasado llegó a la multinacional Parexel, que le propuso a su vez trabajar para Regeneron en el campo de los anticuerpos y realizar ensayos principalmente en España y Portugal, entre otros países.  “Llevo Arcos en la sangre, y allá donde voy digo que soy un cateto de pueblo. Cuando hablo inglés, lo hago con acento de Arcos. Es compatible, aunque parezca mentira”, dice con orgullo.  

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