A propósito de estas obras, Ecologistas en Acción se ha hecho eco de las denuncias de un grupo de vecinos molestos con la tala de árboles. La organización consideran que “no se deberían talar unos árboles que ya formaban parte del paisaje de la calle, demostrando el Ayuntamiento una falta de planificación y de coherencia, ya que con un alcalde del PP se plantaron los naranjos en los años 90 y con otro alcalde del PP los están talando o trasplantando en una época del año muy poco apropiada, pleno verano, intentándose no romper la solería, lo que es muy difícil y obliga a la tala”.
Desde Ecologistas se recuerda que fue el cronista Manuel Pérez Regordán el que propuso al Gobierno de Juan Manuel Armario que se sembrara la calle Corredera con estos árboles, que ya estuvo así a principios del siglo veinte. Hubo que estudiarlo pues había un inconveniente: el recorrido del Toro del Aleluya, que podría verse afectado, pero el cronista insistió y al final fueron plantados. Por otro lado, los ecologistas esperan que las placas con los nombres de personas “ilustres” de Arcos que se pretenden instalar en la calle, “al estilo Hollywood, no ocupen el lugar en el que se encontraban los naranjos, o al menos que estas personas célebres de Arcos, o sus familiares, no consientan ocupar el lugar donde antes vivía un árbol.
Para el colectivo, la tala de estos árboles, de unas dos décadas de vida, es además “una acción poco responsable, ya que los árboles son un bien público y de un entorno con tantos incendios, y un despilfarro económico de varios miles de euros”.
Así, recuerdan que las plantas y árboles limpian el aire al absorber los gases, disminuyen las altas temperaturas, absorben buena parte del ruido, detienen el polvo que se levanta en las calles, proporcionan sombra, son el hogar de muchos pájaros y desde el punto de vista de los negocios, los árboles valorizan casas, comercios y barrios, “por mucho que molesten a algunos vecinos poco sensibles al cuidado de la naturaleza y de la salud”, insisten los ecologistas.
Por último, instan al Ayuntamiento a apostar urgentemente por una remodelación que convierta a la calle Corredera en una zona peatonal donde el comercio local se imponga a las grandes superficies que están acabando con el pequeño comercio.