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La oficina del Defensor de Arcos se blinda a los futuros cambios políticos

El Pleno aprueba la modificación estatutaria que permite la continuidad en el tiempo del servicio representado por Pepe Salas

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  • Pepe Salas viene luchando por la continuidad de la oficina del Defensor de la Ciudadanía. -

El pasado lunes, el Pleno municipal aprobaba unánimemente el cambio de estatutos de la oficina del Defensor de la Ciudadanía, permitiendo con ello la continuidad en el tiempo de la institución y otras medidas aparejadas como el nombramiento de un adjunto al cargo.   

Este servicio público se fundó en 2009 después de la idea que partió en 2005 por la entonces Federación de Asociaciones de Vecinos de Arcos. En ese paréntesis de cinco años, los grupos políticos se tuvieron que poner de acuerdo para su nombramiento. El tiempo ha pasado y el defensor de la Ciudadanía, Pepe Salas, cumple 76 años de edad y por ello va presintiendo un necesario relevo generacional. Asegura que la salud y las energías no son las mismas que hace años. Es por ello por lo que su propósito viene siendo prever la continuidad de la oficina, a lo cual ha accedido, como no podía ser de otra forma, la Delegación municipal de Participación Ciudadana y luego el Pleno.

Con el futuro nombramiento de un adjunto, este nuevo cargo asumiría las competencias propias del Defensor, pero siempre bajo su supervisión hasta tanto no cese. Con ello, no se daría un vacío en este  servicio, de ahí el espíritu de la modificación estatutaria. Dentro de esas modificaciones, también se integra el lenguaje inclusivo para no establecer diferencia entre Defensor o Defensora, o para limitar el cargo no hasta cuatro años y una posible prórroga de otros cuatro, de forma que cuando se nombre a un nuevo Defensor el cargo será  hasta que el Pleno del Ayuntamiento así lo desee.

Explicados estos matices, la oficina no se marca plazo aún para ese nombramiento, que será honorífico, sin salario alguno y con las condiciones propias del reglamento de funcionamiento de la oficina. Será en todo caso una persona de probada independencia, que no pertenezca a ningún partido político y cuyo trabajo le permita compatibilizar ambas actividades.

Pepe Salas recuerda cómo su oficina fue cerrada en 2013 por el gobierno de la época, para reabrir en 2015 ya con el equipo socialista en el Gobierno de la ciudad. Con ello, explica que “solo se acuerda del Defensor aquellas personas a las que se les ha solucionado su problema, porque la masa de vecinos y vecinas de Arcos desconocen al Defensor y a su oficina”, se lamenta Pepe Salas.

El Defensor de la Ciudadanía ha jugado un papel esencial desde 2009 en la atención a la sociedad arcense, especialmente en las quejas referidas a los ruidos en la vía pública, la suciedad, los desahucios de las familias y otros asuntos que han amargado la vida a más de un vecino o vecina.

Con cierto orgullo, el Defensor explica que hay motivos de sobras que justifican la existencia de la oficina, “porque creo que merece la pena mantener una servicio ciudadano que no cuesta un céntimo. Es un cargo honorífico. La administrativa de la oficina hace el mismo trabajo de antes de abrir la oficina y que comparte su trabajo en el Ayuntamiento. Además, el abogado que nos asesora es el abogado del Ayuntamiento y por tanto tampoco cuesta un céntimo. Si alguien quiere que esta oficina desaparezca no será por su coste económico”.

En tantos de años de experiencia, el Defensor pone como emblema el problema que sufrieron vecinos de El Santiscal y los residentes del geriátrico Lago de Arcos como consecuencia del ruido provocado por un establecimiento que cerró sus puertas; una situación que se solventó en pos de la convivencia entre vecinos.  Del mismo modo, la oficina ha impedido más de un desahucio por parte de la empresa pública de vivienda, en más de un caso por un error de la propia administración, como fue el caso de un trabajador agrícola en la fresa desplazado a Huelva. 

A modo de resumen, Salas asegura que su oficina alivia en cierto modo el trabajo de Servicios Sociales en cuanto a la atención al ciudadano, y cita como novedad los problemas que está ocasionando el servicio de suministro de agua a la población por su dudosa calidad. Pero sobre todo espera que la oficina continúe en el tiempo con independencia de los posibles cambios políticos, sociales o económicos que se den en el futuro, dando así larga vida a un servicio vecinal que en sus orígenes nos remontan hasta el siglo XIII. Ahí es nada.

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