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Antequera

Vecinos del Valle de Abdalajís se encierran en el Ayuntamiento para exigir agua potable

La huelga fue suspendida tras el anuncio de la Junta de que se empezaban las obras

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  • Huelga 1 -

“Comenzamos una huelga de hambre indefinida. Esta vez un papel o un compromiso político no será suficiente para finalizar la protesta”. Así de rotundos se mostraron la treintena de vecinos del Valle de Abdalajís que volvieron a encerrarse el pasado 10 de julio en el Ayuntamiento de la localidad malagueña para pedir a la Junta de Andalucía que comiencen las obras necesarias para que las más de 50 viviendas de entornos rurales de la zona tengan agua potable. La historia, que movilizó a todo el pueblo en el pasado 2009 con más de 30 días de encierro en el Consistorio, volvió a repetirse y según los vecinos, continuará de manera indefinida hasta que no vean las máquinas iniciar los movimientos de tierra. "Llevamos más de diez años pidiendo agua potable para nuestras casas, los políticos nos han hecho promesas que nunca se han cumplido y desde hace 13 meses hay un cartel que anuncia la ejecución de un proyecto que nunca ha comenzado. Después de tanto tiempo ya no valen las palabras, voy a ponerme en huelga de hambre y no pararé hasta que estén las máquinas trabajando", dijo Anto nio Bravo uno de los vecinos afectados.
Junto a Bravo, otras cuatro personas comenzaron la huelga, acompañados en el encierro por una veintena de afectados que denuncian desde hace una década cómo aún, a día de hoy, deben abastecerse con cubas de agua potable y, en el mejor de los casos, utilizar los pozos de vecinos cercanos para las tareas agrícolas, principal reclamo económico de esta zona en la que hay unas 2.500 cabezas de ganado. "El proyecto está hecho y presupuestado en unos 280.000 euros", explicó Antonio Ruiz.
El alcalde de la localidad, el popular Francisco Sierras, mostró su apoyo a los vecinos en este proceso. En el interior del Ayuntamiento los afectados esperaron aún alguna respuesta, arropados a las puertas del Consistorio por Margarita, la burra reivindicativa usada como símbolo de su lucha. Finalmente, después de una reunión, decidieron suspender las protestas tras el anunció de la Junta del inicio de los trabajos de acometida de agua.

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