El Arqueño emprende este nuevo reto profesional y personal que le sirve, de momento, como altavoz para gritar a los cuatro vientos que sigue vivo, que continúa con la ilusión de ser figura del toreo a pesar de las enormes dificultades con las que golpea el sistema establecido a todos aquellos que comienzan su andadura en el escalafón superior. Los toros reseñados pertenecen a las ganaderías de Hermanos Puerta, Rafael Molina, Hermanos Sampedro y Aurora Algarra.
Además actuará la bailaora gaditana Cristina Vidal, quien realizará una exhibición de baile flamenco acompañada también por el baile a caballo. Otro de los aspectos interesantes es, que tanto El Arqueño como los sobresalientes, Luis Rubias y Enrique Martínez Chapurra, y las tres cuadrillas al completo, llegarán a la plaza de toros en coches de caballos, una estampa añeja y torera que se podrá vivir y sentir el 22 de noviembre en Lorca. No será la primera vez que El Arqueño actúe en solitario en una corrida, ya que tanto de novillero sin picadores -en El Bosque- y posteriormente con los del castoreño -en Guadalcacín- Manuel Barea realizó el paseillo protagonizando la gesta. Por el contrario, si será la primera vez que el torero se encierre con seis cuatreños, ya de matador de toros, sin duda, un compromiso más importante dada la edad y la seriedad de sus antagonistas.
La falta de oportunidades este año son evidentes, El Arqueño sólo ha toreado un festival en Santomera y le cortó el rabo a su enemigo. No se ha podido poner el traje de luces en ninguna ocasión, ni tan siquiera en la feria de su pueblo. Todo hace pensar que este gesto resulta un atrevimiento…, casi una locura, con la temporada concluida y sin apenas haber toreado. Pero a Manuel le gustan los retos, le motivan, se viene arriba como se crecen los toros bravos en el castigo…, además, tal y como está la situación hay que aprovechar la oportunidad que se le brinda, porque de ningún cobarde se ha escrito nada.