Andalucía
Desmantelan un taller clandestino de taxidermia en Baza, con 300 piezas de fauna silvestre decomisadas
La operación se realizó siguiendo la pista a los cazadores furtivos, que llevan las piezas a estos locales
La Guardia Civil ha desmantelado un taller clandestino de taxidermia en la localidad granadina de Baza, donde se han decomisado más de 300 piezas de fauna silvestre naturalizada y congelada y se ha detenido al dueño del local, según informó hoy en un comunicado el Instituto Armado.
Esta operación se enmarca en las actuaciones que desarrolla el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para descubrir a cazadores furtivos que ponen en peligro la supervivencia de algunas especies al quedarse en muchas ocasiones con los mejores trofeos de las especies que pueden ser cazadas, aunque sin contribuir económicamente al mantenimiento de los cotos.
En el caso de Baza, el Seprona centró sus esfuerzos en identificar a los presuntos cazadores ilegales a través del rastro que pueden dejar en talleres clandestinos dedicados a la naturalización de piezas de caza y trofeos, ya que los establecimientos legales de taxidermia están obligados a exigir al cazador que demuestre la lícita procedencia de las piezas de caza.
Así, a principios de octubre los agentes comprobaron que se estaban realizando trabajos de taxidermia en un domicilio situado a las afueras de Baza y tras conseguir la correspondiente orden judicial, se procedió al registro de la vivienda.
Los agentes, que contaron con la colaboración de la Policía Judicial de Guadix y de biólogos de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, realizaron una compleja labor de inventario, identificación y valoración de las piezas halladas en los habitáculos y arcones congeladores, todo ello bajo la supervisión de la comisión judicial.
En total fueron intervenidas 324 animales naturalizados o congelados, de los que seis están incluidos en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas: dos abejarucos, dos gavilanes, un pito real y un zampullín común.
La mayoría de las especies, un total de 300 ejemplares eran cinegéticas --del arte de la caza--, tales como 86 ciervos, 26 machos monteses, 18 corzos, 66 muflones, 25 gamos, 10 arruis, 26 zorros, 38 jabalíes, dos rebecos, dos faisanes y partes de un lobo ibérico.
También se encontraron quince ejemplares de especies no cinegéticas, tales como cuatro ardillas rojas, dos jinetas, dos tejones, dos lirones caretos, tres aves frías, un camaleón alóctono y una iguana. A estos se unen dos ejemplares de especies de origen africano, una gacela "Thompson" y un antílope.
Pese a la gran cantidad de trofeos y piezas, tan sólo existía acreditación de la lícita procedencia de seis ciervos, dos machos monteses, dos muflones y un corzo.
Las piezas correspondientes a las especies incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, las no cinegéticas y las exóticas fueron enviadas al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Málaga, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, donde se podrá determinar por los especialistas y los medios empleados para la captura.
UN DETENIDO
Durante la operación se procedió a la detención del responsable del taller, un vecino de Baza de 40 años de edad que posteriormente fue puesto en libertad, quedando a disposición del Juzgado competente de Baza por su implicación en supuestos delitos relativos a la protección de la fauna y distintos delitos de receptación.
La entrada y registro ha permitido obtener los datos de las personas que han hecho entrega de animales para su preparación en el taller. Esta relación permitirá devolver los trofeos o piezas a los propietarios que justifiquen la lícita procedencia. En el resto de los casos, se procederá en vía penal o administrativa, según corresponda, dando cuenta al juzgado o a la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente en Granada.
Esta situación propicia que algunas personas intenten conseguir algún tipo de justificante ficticio para demostrar la captura legal de las piezas entregadas al taxidermista. Por lo tanto, los investigadores no descartan remitir a los Departamentos de Grafística de los Laboratorios del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil aquellos documentos que despierten dudas sobre su autenticidad o fecha de confección.
La normativa andaluza sobre protección de la fauna determina que para desarrollar la actividad de taxidermia de especies de fauna silvestre se requiere estar en posesión de un carné de taxidermista de carácter personal e intransferible.
Esta actividad sólo se podrá realizar sobre piezas de caza cobradas conforme a la legislación vigente y sobre ejemplares de especies autóctonas cuando se disponga de la documentación que acredite su legal adquisición y tenencia.
Esta operación se enmarca en las actuaciones que desarrolla el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para descubrir a cazadores furtivos que ponen en peligro la supervivencia de algunas especies al quedarse en muchas ocasiones con los mejores trofeos de las especies que pueden ser cazadas, aunque sin contribuir económicamente al mantenimiento de los cotos.
En el caso de Baza, el Seprona centró sus esfuerzos en identificar a los presuntos cazadores ilegales a través del rastro que pueden dejar en talleres clandestinos dedicados a la naturalización de piezas de caza y trofeos, ya que los establecimientos legales de taxidermia están obligados a exigir al cazador que demuestre la lícita procedencia de las piezas de caza.
Así, a principios de octubre los agentes comprobaron que se estaban realizando trabajos de taxidermia en un domicilio situado a las afueras de Baza y tras conseguir la correspondiente orden judicial, se procedió al registro de la vivienda.
Los agentes, que contaron con la colaboración de la Policía Judicial de Guadix y de biólogos de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, realizaron una compleja labor de inventario, identificación y valoración de las piezas halladas en los habitáculos y arcones congeladores, todo ello bajo la supervisión de la comisión judicial.
En total fueron intervenidas 324 animales naturalizados o congelados, de los que seis están incluidos en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas: dos abejarucos, dos gavilanes, un pito real y un zampullín común.
La mayoría de las especies, un total de 300 ejemplares eran cinegéticas --del arte de la caza--, tales como 86 ciervos, 26 machos monteses, 18 corzos, 66 muflones, 25 gamos, 10 arruis, 26 zorros, 38 jabalíes, dos rebecos, dos faisanes y partes de un lobo ibérico.
También se encontraron quince ejemplares de especies no cinegéticas, tales como cuatro ardillas rojas, dos jinetas, dos tejones, dos lirones caretos, tres aves frías, un camaleón alóctono y una iguana. A estos se unen dos ejemplares de especies de origen africano, una gacela "Thompson" y un antílope.
Pese a la gran cantidad de trofeos y piezas, tan sólo existía acreditación de la lícita procedencia de seis ciervos, dos machos monteses, dos muflones y un corzo.
Las piezas correspondientes a las especies incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, las no cinegéticas y las exóticas fueron enviadas al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Málaga, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, donde se podrá determinar por los especialistas y los medios empleados para la captura.
UN DETENIDO
Durante la operación se procedió a la detención del responsable del taller, un vecino de Baza de 40 años de edad que posteriormente fue puesto en libertad, quedando a disposición del Juzgado competente de Baza por su implicación en supuestos delitos relativos a la protección de la fauna y distintos delitos de receptación.
La entrada y registro ha permitido obtener los datos de las personas que han hecho entrega de animales para su preparación en el taller. Esta relación permitirá devolver los trofeos o piezas a los propietarios que justifiquen la lícita procedencia. En el resto de los casos, se procederá en vía penal o administrativa, según corresponda, dando cuenta al juzgado o a la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente en Granada.
Esta situación propicia que algunas personas intenten conseguir algún tipo de justificante ficticio para demostrar la captura legal de las piezas entregadas al taxidermista. Por lo tanto, los investigadores no descartan remitir a los Departamentos de Grafística de los Laboratorios del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil aquellos documentos que despierten dudas sobre su autenticidad o fecha de confección.
La normativa andaluza sobre protección de la fauna determina que para desarrollar la actividad de taxidermia de especies de fauna silvestre se requiere estar en posesión de un carné de taxidermista de carácter personal e intransferible.
Esta actividad sólo se podrá realizar sobre piezas de caza cobradas conforme a la legislación vigente y sobre ejemplares de especies autóctonas cuando se disponga de la documentación que acredite su legal adquisición y tenencia.
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