?Me gustaría que se apostara más en Arcos por la música alternativa?
Antonio Juan Moreno Caro, rebautizado como Peluzah, acaba de sacar su segunda maqueta en solitario, Equilibra, cuando cumple diez años en la escena musical arcense.
—¿Cómo surge el nuevo trabajo?
—Dado que los componentes del grupo del que formo parte, FlacoDolce, están fuera, decidí lanzarme en solitario con una nueva maqueta, con el mismo productor del grupo y grabado en Jerez. Esta es la segunda maqueta que saco en solitario, aunque estamos preparando el trabajo en conjunto. He aprovechado producciones que traía de Barcelona, donde he estado viviendo un tiempo, de Madrid, de un colega de Canarias... Quería sacarlo este año porque se cumplen diez desde que empecé en esto.
—¿Qué podemos encontrar en ‘Equilibra’?
—Hay once temas, la mayoría producidos por 90fingaz, que además es dj de nuestro grupo. Son producciones bastante novedosas en el rap, que siempre suele ser más lineal, pero 90fingaz tiene mucha capacidad para la música y ha incorporado bastantes instrumentos. Son temas en los que he intentado reflejar mis vivencias en Barcelona, el día a día, temas sociales, y algunos clásicos del rap; cortes rápidos, tranquilos, algo variado. He intentado hacer una maqueta algo más digerible para el público, porque entiendo que el rap es difícil para gente que no está acostumbrada a escucharlo. Son temas cortos, con muchas variaciones en la música, cambios de tonalidad de voz, estribillos, para enganchar a la gente.
La maqueta está grabada en One Love Estudios, excepto dos temas en Black Box. He contado con varias colaboraciones de compañeros de Arcos, dos de ellas con miembros de FlacoDolce y una con Patryone, una amiga que empezó con nosotros en el rap, pero se marchó a Madrid a estudiar.
—¿Ha conseguido el resultado esperado?
—Por los comentarios que he recibido sí. Me han dicho que el disco se hace muy ameno, dura poco más de media hora, que es lo que pienso que debe durar una maqueta, pues se trata de escuchar una referencia del artista.
La verdad es que ha tenido bastante aceptación, sobre todo en Jerez, donde el rap se puede mover a un nivel superior, y estoy dando algunos conciertos. No es como en Arcos, pues aunque la gente lo conoce y se han hecho cosas -de hecho hay unos cinco o seis grupos-, muchos se van fuera a estudiar o a trabajar y se pierde.
—A nivel provincial Arcos es un referente en el rap, tiene buena fama ¿Cree que goza de buena salud en estos momentos?
—Arcos siempre ha sido un punto de referencia. Cuando empezamos no había nadie que hiciera rap antes, era algo nuevo, como el graffiti o el break. Únicamente había algunos resquicios de la era de los noventa, cuando fue el boom a nivel nacional. Empezamos a contactar con gente y desde entonces no hemos parado. Por eso en la provincia siempre que se habla de rap, Arcos está presente. De hecho se hizo un recopilatorio hace dos meses de lo más representativo del rap en Cádiz, y de 20 Mc, cuatro son de Arcos, aunque ahora estén fuera.
—Sin embargo internet ha facilitado mucho las cosas ¿Apuesta por la red como una de las mejores vías para darse a conocer?
—Por supuesto. Colgué la maqueta hace una semana y he tenido casi 540 descargas, y por temas sueltos más de 3.000, lo que está bastante bien. Antes era mucho más complicado. Si tenías un amigo en Barcelona y venía a verte te traía cintas de grupos de allí, pero nunca sabías quien eran. Con internet es una pasada, cualquier grupo con un micrófono, un ordenador y una mesa puede grabar una maqueta de mínima calidad y lanzarla, lo que está bastante bien, aunque se sature el mercado, la cuestión es seleccionar.
He tenido descargas desde México, Buenos Aires o Nueva York, algo impensable hace diez años. Sin embargo todavía hay que andar mucho para que el rap sea tan valorado como otras músicas, pero hay estamos, en la lucha.
—¿Cuáles son sus referentes musicales?
—Musicalmente escucho de todo. Crecí escuchando cualquier cosa menos rap, grunge, grupos como Nirvana... Después empezó gente como Kase-O, el vocalista de Violadores del Verso, el máximo exponente del rap en España, y lo hizo con maquetas, desde un pueblo perdido de Aragón. Me gusta 7 notas 7 colores, pero siempre buscando rap americano, donde la industria es más grande, aunque también francés, pero con internet no da tiempo de escuchar todo lo que hay.
—Eso sin contar con las fusiones ¿Qué opina al respecto?
—He colaborado con Jonás y la Banda del Patio en la última maqueta que han sacado. Siempre me ha gustado el flamenco, de hecho vengo de familia de tocaores, pero el rap por otra parte, nunca he sido partidario de mezclarlo. La música está destinada a mezclarse, el rap se nutre del soul, el reggae, de mil samples. Pero creo que el rap y el flamenco están muy separados. No me llega a convencer lo que hace Sergio Contreras o Haze, pero sí Ojos de Brujo, porque está bien hecho, lleva el rap por derecho, no está aflamencado. Eso fue un boom que intentaron aprovechar, porque vieron que en Andalucía tiene bastante tirón tanto el rap como el flamenquito. Entre otros estilos sí creo que se puede mezclar, como el rap y el jazz, pero el flamenco creo que debe seguir así, puro.
—Personalmente, ¿quiere abrirse a nuevos proyectos, fusiones?
—Lo próximo que quiero hacer es fusionar el rap con música electrónica en pistas de baile, pues creo que ese es el futuro, aunque el rap esté todavía muy joven. A principios de año quiero irme al extranjero para perfeccionar el inglés y trabajar en ese sentido, música de baile con rap, más fresco, movimiento, eso es lo que se pide ahora; la vida se mueve tan rápida que no hay tiempo para escuchar música en casa, y en la discoteca ya no se conforman con el pachangueo, por lo menos en ciudades punteras de Europa como Barcelona, Londres o Berlín.
Eso es lo que tengo en mente, aunque siempre estoy abierto a todo tipo de colaboraciones. Durante mi estancia en Barcelona incluso estuve rapeando con los niños en las guarderías, pues trabajo en una cooperativa de montaje de mobiliario infantil y me lo propusieron. Todo lo que sea música siempre está bien, hay que tener una actitud abierta ante la música, no cerrarse.
—¿Cuáles son sus aspiraciones en la música?
—Me gustaría poder vivir de ello, desde siempre, aunque si no llega me da igual, voy a seguir haciendo música. Cuando empecé no tenía pensamiento de llegar muy lejos, lo hice porque me gustaba, tenía ganas de expresarme, era un momento de rabia. Cuando teníamos 14 ó 15 años estaban de moda las fiestas electrónicas, y nosotros surgimos como revolucionarios contra ese movimiento, además de atacar al sistema. Esos fueron los inicios, pintando, rapeando, bailando o con los platos, los cuatro palos del hip hop.
Mis aspiraciones son esas, seguir trabajando en la música y si llega algo, bien; si no, seguir siempre adelante, buscándome la vida por otro lado.
—¿Cree que el rap cuenta en Arcos con el apoyo institucional necesario?
—Me gustaría que se apostara más por la música alternativa, porque están saliendo muchos grupos y la gente se aburre. Los locales de ensayo que hicieron en la Casa de la Juventud no funcionan del todo bien y muchas veces la gente no tiene donde ensayar. Me gustaría que se apostara más por el rap, porque llevamos mucho tiempo haciendo cosas, pero siempre en el underground. Cuando llegan eventos grandes no nos tienen en cuenta.
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