Procesos internos. Primarias y secundarias. Listos (listísimos) y tontos (útiles). Este último fin de semana para Podemos Andalucía y el venidero en el otrora hegemónico, hoy en reconstrucción, Partido Popular de las Españas. Una maldita historia, sin duda, el elegir entre lo malo y lo menos malo, entre lo aparentemente desconocido, que te suena una barbaridad, y lo avalado por la autoridad sanitaria del partido, que te sabe a rancio por mucho aire de inconformismo adolescente del que se revista. Vayamos por partes. Quien se aleja absolutamente de estas disyuntivas bizantinas, de estos enfrentamientos estériles, es la esperanza naranja de
Albert Rivera que ante la ausencia de discrepancias internas (el discrepante ‘profesional’ es sistemáticamente laminado) se apresta a resolver la elección de sus candidatos a los comicios regionales andaluces por la ley del mínimo esfuerzo: primarias rapiditas y aseadas en las provincias donde se superen los 400 afiliados y en el resto, como es el caso de la provincia de Jaén, designación directa por parte de la superioridad y pare usted de contar. Así las cosas, a la hora de salvar este trámite en Jaén, supimos sin mayor artificio participativo que los tres candidatos que encabezarán el cartel electoral de Ciudadanos en Jaén al Parlamento de Andalucía serán, morenos de la morería, por este orden,
Mónica Moreno,
Enrique Moreno y
Raquel Morales. O sea.
Morales, pese a su juventud, es la portavoz autorizada desde hace años, la promesa naranja que familiarmente abrió sucursal
riverista en Marmolejo con la intención de extenderse a base de paciencia.
Enrique es hijo del ciclónico alcalde de Porcuna, ‘ex’ del PP,
Miguel Moreno, y uno de los primeros afiliados del PP que abandonó el partido tras el cisma congresual y, de inmediato, abrió sede ciudadana en su pueblo.
Mónica, sevillana, independiente, presidenta de la AJE-Andalucía, está casada con el jienense
José Antonio Cabrera, su antecesor en el cargo patronal, única vinculación conocida a nuestra circunscripción de la flamante ‘número uno’. Nada nuevo bajo el sol: las decisiones nominativas trascendentes se adoptan en mesa-camilla.
“Por evitar las baronías Podemos está oficiando una monarquía”, sentenció
Teresa Rodríguez en respuesta a las críticas vertidas a los personalismos y las corrientes de opinión por su contrincante en el proceso de primarias andaluzas,
Isabel Franco. Esta tarde o mañana será cuándo se sepa quién ha ganado la batalla. Marea andaluza, la marca primigenia de
Rodríguez, la versión autonómica de la sensibilidad anticapitalista que lidera
Miguel Urbán a nivel estatal, frente al establishment
pablista. El acuerdo andaluz entre Podemos e IU, en el punto de mira. La confluencia y la influencia, el centralismo del aparato central y la descentralización que auspicia
Teresa Rodríguez desde Andalucía. Un debate que en Jaén se reduce bastante entre los seguidores de
Rodríguez, rostros reconocibles en el territorio como el del ex concejal
José Luis Cano, frente a legítimas alternativas, avaladas por el líder jornalero sevillano y diputado por Jaén
Diego Cañamero,
Dámaris Pérez, su actual jefa de prensa. La confluencia con IU, ‘Adelante Andalucía’, que defiende
Teresa Rodríguez, o la unidad sin fisuras que antepone la identidad de una marca totalizadora, Podemos, que la militancia abrumadoramente, un 92 por ciento, no quiere relegar a un segundo plano.
Pero para proceso interno encarado y malavenido, el desenlace del ‘Gran Hermano’ del PP, viernes y sábado en IFEMA. Como se preveía, el movimiento aznarista liderado por el joven vicesecretario
Pablo Casado no ha dejado de insistir en su estrategia de absorción de la tercera vía cospedaliana a base de ilusión y malas artes, como un vídeo viralizado donde dirigentes cercanos a
Soraya Sáez de Santamaría sacan a relucir sus peores tropiezos. Los alcaldes de Málaga,
Francisco de la Torre, que en la votación directa de los afiliados recomendó el voto a
Cospedal, y Jaén,
Javier Márquez, casadista de primera hora, desoyen el consejo de la regional, claramente alineada con la ex vicepresidenta, y se posicionan a favor de su oponente. 20 y 21 de julio. La apertura reservada a la mayor gloria del líder caído,
Mariano Rajoy, y el sábado, después de una noche de cuchillos largos, la auténtica hora de la verdad, el ser o no ser, una batalla a cara de perro donde la síntesis es una quimera. Las mentiras de destrucción masiva sobre la soberanía nacional de Aznar ante el ‘
maricomplejines’ de
Rajoy, que a pesar de todo le salió rana y creó escuela con una nueva hornada representada por
Soraya y
Núñez Feijoo. Las apuestas en lo local, por cierto, a la postre, se pagarán.