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En román paladino

Jamaica

Sus posibles socios se pensarán mucho asociarse viendo la deriva que le ha costado al partido socialdemócrata

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Usain Bolt es la gloria de Jamaica. Aunque no ha podido despedirse por la puerta grande porque falló en su última competición, el público lo reconoció como lo que era: el hombre más rápido del mundo en los 100 y los 200 metros. Sus diecinueve oros en  Olimpiadas y campeonatos del mundo así lo acreditan. La gente se volcó con el jamaicano a pesar de haber quedado  fuera de la competición o batido por otros. El héroe  era Bolt. Una estrella que brillará para siempre.

Pero Jamaica tiene otra actualidad. Tras las elecciones alemanas se habla de una coalición “Jamaica”. Se refiere a los colores de la bandera jamaicana con una cruz en aspa amarilla y colores de fondo negro y verde. Como estos colores corresponden con los de la posible coalición de gobierno en Alemania –los democratacristianos, negro, los liberales, amarillo y los verdes del mismo color- la coalición ha sido preanunciada como  “Jamaica”.

El parlamento alemán –que tiene en su frontispicio el elocuente “El Pueblo Alemán- Dem Deutschen Volke”-  verá la entrada de la extrema derecha que hacía 75 años que no tenía un solo asiento en la cámara.  Hoy tiene 94. Una friolera de subvenciones públicas le espera al tercer grupo parlamentario alemán, con  un discurso que va al cuello de Ángela Merkel y –con otras palabras- quiere lo que todos los partidos nacionalistas y de extrema derecha: Alemania, primero, o   "No queremos perder Alemania por una invasión de extranjeros de diferentes culturas". Un programa de lo inesperado que no iba a suceder en Alemania, pero ha sucedido y todo apunta que han llegado para quedarse. La primera en felicitarlos ha sido la francesa  Marine Le Pen.

El partido de Merkel se lamenta de haber olvidado el flanco derecho y la noche electoral Merkel ya anunció que los quiere recuperar, lo que va a significar que el giro a posiciones no tan preeuropeas está cantado. Sus posibles socios se pensarán mucho asociarse y negociarán con mucho detalle el programa y los cargos en el gobierno, viendo la deriva que le ha costado al partido socialdemócrata. El histórico SPD – fundado en 1875- ha perdido  votantes y pasa a la oposición. La socialdemocracia alemana ha probado una mala medicina,  le puede servir para recordar que   en 2005 comenzó gobernando en gran coalición con el 34,2% y se  retira en 2017  con el 20,5%. 14 puntos por subordinarse  a la derecha.  

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