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En román paladino

Putin y Jerez- Xérès -Sherry

Dos angelitos del cielo trasladados a la tierra bebiendo una botella de más de 80.000 euros, por la que van a ser inútilmente demandados por los gobernantes de Ucrania

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Putin y Berlusconi se  bebieron una indeterminada botella de Jerez viejísimo –de 1775-  durante una visita del antiguo cantante de cruceros y luego el hombre más rico de Italia  -condenado payaso y presidente del consejo de ministros italiano-  al antiguo miembro  de la policía política soviética y luego jefe de la agencia rusa de seguridad del Estado -que sustituyó a la entidad benéfica  KGB-.  Dos angelitos del cielo trasladados a la tierra bebiendo una botella de más de 80.000 euros, por la que van a ser inútilmente demandados por los gobernantes de Ucrania,  que se consideran propietarios de la antigua bodega estatal –Massandra-, a cinco kilómetros de Yalta, en Crimea- entonces rusa-, donde Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt, hicieron un forzado reparto de la Europa postnazi y de otras zonas del mundo. 
Más importancia cercana va a tener la celebración de un congreso científico  en Jerez sobre  los 80 años de la creación de la  denominación de origen del Jerez.  El congreso está organizado por el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen "Jerez-Xérès-Sherry", "Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda" y “Vinagre de Jerez” y por la Universidad de Cádiz, contando con especialistas  como  el catedrático Alberto Ramos Santana.  Como aperitivo a este evento de noviembre  se ha estrenado un documental espléndido “Jerez & el misterio del palo cortado”, de José Luis López Linares,  que se adentra con sabiduría en lo brumoso del surgimiento de esa modalidad de vino, extraña mezcla de oloroso, amontillado y soleras.
El País publicó un reportaje preguntando ¿Qué queda de los señoritos de Jerez?  Comienza con una frase explosiva de Carmen López de Solé a una periodista estadounidense sobre el Jerez de los 70. “Jerez es un incesto alcohólico legalizado”. Su marido, Manuel Domecq Zurita, Vizconde de Almocadén,  cuenta con una  biografía  que narra su recorrido por el mundo vendiendo Jerez  “Las lágrimas del vino”,   de Carmen Oteo.  Un mes y medio antes del 18 de julio de 1936  la madre de Manolo Domecq recibió un telegrama  -ha narrado él mismo- que decía: “La bomba va a explotar, pon agua de por medio”.  La familia salió urgentemente  hacia Tánger. Afortunadamente vivimos tiempos mejores y en mes y medio lo que tendremos es un magnífico congreso sobre el vino de Jerez. Un íntimo deseo: Que coja a José Manuel Caballero Bonald plenamente reestablecido.   

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