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Éxito en al clausura del Congreso Mundial del jamón

Entre las conclusiones finales destacó el amplio horizonte de la aplicación de la nanotecnología en los procesos de envasado.

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El V Congreso Mundial del Jamón ha sido clausurado con éxito después de tres intensos días de comunicaciones y ponencias. El acto de clausura estuvo presidido por José Luis Ramos, alcalde de Aracena; Manuel Guerra, alcalde de Jabugo; Isabel Bombal, subdirectora general de Planificación y Control Alimentarios del Ministerio; Ricardo Domínguez García-Baquero, director general de Industrias y Calidad Agroalimentaria de la Consejería de Agricultura y Pesca; José Rodríguez de la Borbolla, presidente del CRDO Jabugo; Esperanza Cortés, delegada provincial de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en Huelva; y Rosario Rosado, diputada de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Diputación de Huelva. 

Antes de la clausura, los representantes del Comité Científico leyeron las conclusiones de las ocho sesiones de ponencias, entre las que destacaron la importancia del manifiesto de defensa del sector porcino leído durante el Congreso; la recomendación a empresarios y administraciones a potenciar aún más la investigación científica en el sector; o el gran futuro que la nanotecnología posee en los procesos de envasado. 

Tras las sesiones de la jornada, centralizadas en el bloque Consumo y Nutrición, el profesor de la Universidad de Granada Juan González Blasco ofreció una conferencia de clausura titulada ‘La historia del jamón’, en la que el catedrático de Economía realizó un recorrido histórico sobre su existencia, tratamiento y consumo. Así, González Blasco comentó que, a pesar de las escasas referencias históricas existentes, fueron los egipcios los que comenzaron a elaborar jamón de cerdo “gracias a su conocimiento en las técnicas de preservación de carnes con el empleo de sal”. De hecho, y según el profesor, el cerdo fue un animal muy presente en la cultura egipcia, “hasta el punto de que los propios faraones poseían decenas de ejemplares, que eran criados en los terrenos adyacentes al templo”. 

Sin embargo, este animal no siempre estuvo bien considerado en culturas como la egipcia y la griega, siendo calificado en tiempos de Herodoto (s. V a.C) como un animal impuro y los porquerizos o cuidadores de cerdos llegaron a ser una clase social marginada. Según señaló Juan González Blasco, siglos después, la elaboración del jamón fue simultánea en varios pueblos del mediterráneo, como los Ibéricos del Norte de España, “que producían y exportaban jamones a Roma, heredera de las tradiciones griegas como el gusto por toda clase de perniles y entre ellos los cerdos”.

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