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Los Cerillitos guarda silencio en Carrera Oficial para hacer público su malestar

La Piedad acompañó rodeado de multitud de fieles al Crucificado en una noche brillante de Martes Santo

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  • Emoción contenida en el paso del Cristo de Misericordia por la plaza de la Cárcel./información
Es la hermandad de los Cerillitos una de las más populares de las que procesionan en la Semana Santa portuense y la multitud que se agolpa a su entrada y salida de su templo, la Iglesia Mayor Prioral, da buena fe de ello. Pero en esta edición, su estación de penitencia ha estado enturbiada por su pronunciamiento en contra del cambio de la Carrera Oficial hacia la plaza del Castillo, punto álgido de sus anteriores salidas, de ahí que ayer a su paso por este emblemático espacio, la banda del Santísimo Cristo del Amor que acompañaba al Misterio y la Banda Municipal de Rota que hace lo propio con Nuestra Señora de la Piedad guardaran silencio. Era su particular forma de protesta no tanto por el cambio de recorrido sino por las formas en las que se llevó a cabo, según constaba en la carta entregada en el palquillo de toma de horas, ya que no se han tenido en cuenta sus alternativas. Piden perdón por el gesto.
    Al margen de esta singular manifestación de desagrado, el nuevo recorrido posibilitó a la Hermandad de la Misericordia mostrar la elegancia de Nuestra Señora de la Piedad en su paso siguiendo al Crucificado. Las saetas resonaron en su honor en su paso por las inmediaciones de la plaza de la Cárcel, un nuevo punto destacado en su salida que nadie quiso perderse, y donde costaleros y capataces tuvieron que esforzarse para sortear la estrechez de estas calles del centro portuense. Los fieles y público que aborrataban sus inmediaciones aplaudió el esfuerzo de la cuadrilla del paso del Cristo, a la que las palabras de Manuel Ganaza daban aliento. Minutos después pasaría lo propio con el paso de la Piedad, que sorteó balcones bajo el aplauso de los presentes. Impresionante fue la saeta que en su honor cantó Aroa Cala.
    Pero eso ocurría casi a las diez de la noche, dos horas, aproximadamente, después de que la Misericordia abandonase su templo bajo la mirada atenta de miles de portuenses reunidos en la plaza de España. 
    El alcalde Enrique Moresco fue el encargado de la primera levantá de ambos titulares. Al recuerdo del hijo de Antonio Gómez, hermano de Los Cerillitos, dedicó  Juan Luis Gutiérrez la levantá de Nuestra Señora de la Piedad, que se fue abriendo paso entre los fieles con delicadeza, mostrando su elegancia al compás de los sones de la banda roteña.
    Fue una noche de gran belleza la que dejaron los hermanos costaleros de la Misericordia en cada rincón de El Puerto, dejando impregnado su arte en cargar. Y el Martes Santo se hizo más que nunca Misericordia.

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