La entrada en París el 30 de julio de 1792, de las tropas procedentes de Marsella entonando marcialmente este himno, compuesto tres meses antes por Rouget de Lisle para los ejércitos del Rhin, promovió el entusiasmo del pueblo de París, comenzando a llamarse popularmente La Marsellesa. Más de siglo y medio después la Constitución del 4 de octubre de 1958, fue instituida la Marsellesa como himno nacional. Algo menos de cincuenta años después, el desconocimiento entre la juventud de este himno, provocó que la Ley de Educación de 2005 incluyera la obligación del aprendizaje de la Marsellesa en la educación infantil y primaria.
El texto reducido de esta canción, ya que la versión completa es más extensa, dice así: Marchemos, hijos de la patria, Que ha llegado el día de la gloria El sangriento estandarte de la tiranía Está ya levantado contra nosotros (bis) ¿No oís bramar por las campiñas A esos feroces soldados? Pues vienen a degollar A nuestros hijos y a nuestras esposas. ¡ A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, Que una sangre impura Empape nuestros surcos.
En evidente el llamamiento a la defensa violenta contra el ataque violento de los ejércitos monárquicos extranjeros que en esos momentos invadían la Francia republicana. En la actualidad, aquellos que pretenden y consiguen esclavizar a los pueblos, no precisan de ejércitos, ni batallas sangrientas, para imponer su voluntad. Utilizan otros medios, que aunque no revisten una forma bélica, generan una gran violencia a millones de familias, que quedan totalmente desprotegidas y expoliadas en sus derechos y libertades. Por ello este himno es un canto envuelto en una rabiosa actualidad. Es un llamamiento a la autoorganización del pueblo para defenderse de este ataque furibundo de los poderosos que sólo miran enriquecerse a toda costa.
En su versión amplia se encuentran contenidos que hoy podrían formularse con idéntica actualidad:
¿Qué pretende esa horda de esclavos, de traidores, de reyes conjurados? ¿Para quién son esas innobles trabas y esas cadenas Tiempo ha preparadas?¡Es a nosotros a quienes pretenden sumir de nuevo en la antigua esclavitud¡ ¡Los dueños de nuestro destino no serían más que unos viles déspotas!. ¡Temblad! ¡Oprobio de todos los partidos! ¡Temblad! Todos esos tigres que, sin piedad, desgarran el corazón de su madre...! ¡Libertad, libertad querida, pelea con tus defensores¡ ¡Que la victoria acuda bajo tus banderas! ¡Que tus enemigos moribundos vean tu triunfo y nuestra gloria!
Aquellos mártires de Chicago representantes de la resistencia de las personas trabajadoras a ser explotadas y esclavizadas, marcaron un punto en la historia del movimiento obrero, que cada 1º de Mayo rememoramos anunciando el buen porvenir.
Fdo Rafael Fenoy Rico Comunicación Educación CGT