La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha confirmado la presencia, en el litoral andaluz, de la especie cachalote enano, que suele habitar en aguas profundas y alta calidad situadas en la punta más meridional de África y en el golfo de California, México.
La confirmación, según fuentes del la Consejería a las que ha tenido acceso Efe, se ha producido a raíz de la necropsia realizada a un ejemplar de lo que, a simple vista parecía un tiburón, que apareció varado muerto el 20 de diciembre en la playa de Flecha del Rompido (El Rompido, Huelva).
Los trabajos se han realizado por personal de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y del CEGMA del Estrecho de la Junta de Andalucía ubicado en Algeciras y las muestras recogidas han sido enviadas al Instituto Universitario de Sanidad y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde se completará el estudio realizando la histopatología de todos los órganos muestreados.
Pese a que en un primer momento se pensó que se trataba de un ejemplar de cachalote pigmeo (Kogia breviceps) con el que comparte muchos rasgos característicos, por lo que suelen confundirse con facilidad, la autopsia ha confirmado que se trata de un ejemplar de cachalote enano adulto, macho y de 2,4 metros de alto de longitud.
Presentaba una congestión generalizada de los órganos internos y se evidenciaron síntomas que sugieren que el animal habría llegado vivo a la playa muriendo al cabo de varias horas, si bien para saber las causas de la muerte hay que esperar a los resultados de la histopatología.
Existe poca información acerca de la población mundial de esta especie, así como de su comportamiento, ya que es muy difícil observarlos en el mar, debido a esta falta de datos están clasificados en la Lista Roja de la IUCN como "especie con datos insuficientes".
Los trabajos que se han realizado en torno a este ejemplar forman parte de un programa rutinario de seguimiento que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio lleva a cabo desde 2008 con el objetivo de conocer las causas de muerte de todos los cetáceos varados en las costas andaluzas.
Los varamientos de estas especies son una eficaz herramienta para recabar toda la información que sea posible para garantizar la conservación de sus poblaciones.