Para los ganadores del Premio Nadal de novela, los Reyes Magos existen y reparten su premio la noche del 6 de enero desde hace 70 años. Quién diría que unos escritores hechos y derechos aguardan la misma fecha con más ilusión que los niños porque este premio literario es uno de los galardones más prestigiosos que se fallan en España. Esto vale como un pasaporte a la consagración en el Olimpo de las letras hispanas, a ser uno de los mejores indiscutiblemente y casi un boleto para la inmortalidad. Regalos que ningún niño pequeño desearía ni imaginaría pedir nunca a sus Majestades en su inocencia infantil, ignorantes a la vanidad mundana que abunda entre los escritores. Bendita ignorancia, bendita inocencia.
Este año, el premio ha recaído en la periodista y escritora valenciana Carmen Amoraga, con su novela “La vida era esto”. El jurado, compuesto por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales; ha destacado que este libro “aborda las nuevas formas de comunicarse y la relación con los demás a través de las redes sociales” y su capacidad “de tratar con humor un tema tan duro como es la pérdida de un ser querido”. Carmen Amoraga ya fue finalista del Nadal en 2007, cuando se alzó con el premio el escritor roteño Felipe Benítez Reyes.
El argumento de “La vida era esto” explora cómo las redes han cambiado la comunicación humana. El punto de partida se basa en una historia real, la de una amiga argentina de Carmen Amoraga, casada y con dos niñas; que se instalan en Valencia. Su marido, gran aficionado a las redes sociales, contrajo una enfermedad de la que murió. Ella, Giuliana en la novela, entra en contacto con los amigos virtuales de su esposo. Carmen pidió permiso a su amiga para utilizar las entradas que ella escribía en el perfil de su marido después de haber muerto y, en sus propias palabras “las redes son como un hilo al que algunas personas se agarran para salir adelante, aunque no quieran, porque la pérdida de un ser querido es siempre dolorosa”. Con un estilo intimista y realista, Amoraga escribe como haciendo fotografías porque le resulta más gratificante escribir sobre lo que vive y conoce, porque a veces vivimos tan deprisa que no vemos la realidad.
La literatura describe la realidad del tiempo que conocemos y reflexiona con unos pensamientos propios del espíritu de cada tiempo, así como los personajes y situaciones narrados son propios del tiempo en que vivimos y nos relacionamos. No es de extrañar que “La vida era eso” haya recibido el Premio Nadal 2014 porque se hace eco de nuestro siglo XXI y de las nuevas formas que nuestra sociedad ha diseñado para comunicarse, y de los nuevos tipos de relaciones que surgen entre los usuarios de las redes.
Acabaré destacando este nuevo fenómeno, el de la literatura que se acerca con sus historias a las formas de internet con otros dos ejemplos más cercanos. “Santiago to Santiago”, de Santiago Cordero y presentado en Jerez el 25 de octubre de 2013, es la publicación en formato libro del blog que escribió durante su camino a Santiago de Compostela, al que ya hice referencia en un artículo. El otro libro al que voy a referirme es “La novela de K.” de Felipe Benítez Ariza, que no es una novela sino que pertenece al género del diario, en este caso del que mantiene abierto en formato blog y que fue presentado en Jerez el 7 de noviembre de 2013, a quien tuve ocasión de comentar mi punto de vista.
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