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Nihil Obstat recupera el espíritu de la Alta Costura

En el Teatro de Artes Decorativas, el mismo escenario en el que el maestro de la costura Pedro Rodríguez celebró un desfile en 1951, Nihil Obstat ha presentado hoy una colección de ensueño, un canto al buen gusto que recupera el espíritu de la Alta Costura

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  • Nihil Obstat -

En el Teatro de Artes Decorativas, el mismo escenario en el que el maestro de la costura Pedro Rodríguez celebró un desfile en 1951, Nihil Obstat ha presentado hoy una colección de ensueño, un canto al buen gusto que recupera el espíritu de la Alta Costura.


Con gran dominio del patronaje, los diseñadores Armiche Rodríguez y Javier Martín Galán, dúo creativo que da vida a la firma Nihil Obstat, han presentado su colección, "Morocco", dentro del programa de la pasarela MFSHOW.


En esta ocasión, en lugar de mirar al buen hacer de Balenciaga, los diseñadores sacan a la calle prendas fluidas que recrean el universo de Yves Saint-Laurent. "Nos apetecía hacer prendas más ligeras", ha explicado a EFEstilo Armiche Rodríguez.


A lo largo del desfile, aunque se han visto siluetas redondeadas, tipo corola, han dominado los patrones longilíneos, más relajados, de corte muy sexy con aperturas y escotes pronunciados.


Para el día, propuestas muy fresquitas. Con algodón de felpa, el mismo que se utiliza para fabricar las toallas, han hecho conjuntos de baño estilo retro en el que sobresalen "tops", "bandeaux" y pantaloncitos cortos, además de pantalones tipo pijama y etéreas blusas.


Para la noche, los diseñadores han reinterpretado el "kaftán", típico vestido de la mujer marroquí, y lo han convertido en soberbios vestidos de fiesta confeccionados en raso de seda.


Brillos metalizados y delicados bordados se han mezclado con bellísimos estampados étnicos en los que pululaban hermosas flores y motivos vegetales geométricos, la mayoría de ellos rescatados de los jardines Majorelle de la ciudad de Marrakech.


Inspirándose en las especias del país y en los colores de la plaza de Yemaa el Fna, Nihil Obstat ha construido una paleta cromática luminosa y alegre. "El rojo pimentón, el rosa del desierto, el azul cielo, el violeta intenso y el verde de los oasis vertebran la colección", ha dicho Armiche Rodríguez.


Para completar esa atmósfera, la firma ha recurrido a vistosos accesorios, entre ellos una gran pamela que recordaba a los sombreros de los aguadores de Marrakech, además de pulseras, pendientes y cinturones de plata.


Juan José Gómez, diseñador de la firma Yono Taola, ha presentado una colección de formas suaves y relajados colores en una colección que ha arrancado con una serie de vestidos, monos, pantalones y blusas plisadas y tintadas en un inmaculado blanco.


A continuación, ha salido otra serie con un estampado de diminutas flores y han cerrado el desfile vestidos de fiesta en negro, en total 24 modelos, que "bien podrían vestir a una galerista de arte la próxima temporada de primavera", ha apuntado el modisto.


Más que diseñar y coser prendas nuevas, Jaime Calatrava, de Calatrava Selected, prefiere vestir a la mujer con prendas "vintage", es decir de décadas anteriores, y por eso ha presentado en este museo su colección privada de ropa.


Su pasión por el 'vintage' empezó como un pequeño hobby. "Poco a poco fui recopilando prendas de familiares y amigos, luego empecé a comprar piezas más importantes en mercadillos y ferias", ha contado Calatrava, quien ha asegurado que es un "enamorado de la estética antigua".


Y con esa estética ha llevado a la pasarela abrigados modelos de los años setenta firmados por Nina Ricci Courrèges, Ungaro, Chloé o Saint-Laurent, algunos de ellos adornados con valiosos sombreros de Balenciaga de la década de los cuarenta.


Entre todos, ha llamado la atención un vestido largo de Óscar de la Renta, "que perfectamente podría haber lucido Bianca Jagger en la mítica discoteca neoyorquina 'Studio 54' en los años setenta", ha contado Jaime Calatrava.


Lejos de la costura y del patronaje, la firma de lencería Lily Blossom ha construido un desfile que no es más que un ejercicio de puro estilismo, una oferta para una mujer que provoca más que enseña.

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