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?Solosurf? vence al autismo y a otras olas de dificultad

Según los monitores, este deporte ayuda a sus usuarios a configurar su identidad

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El surf se ha convertido en una pionera terapia para niños autistas, con síndrome de Down, parálisis cerebral y otras afecciones neurológicas en una escuela de Cádiz que cada año experimenta cómo este deporte, entre olas y tablas, favorece especialmente el desarrollo físico, mental y social.La idea surgió hace unos seis años, cuando a Jesús Borrego y Ana Gonzalo se les ocurrió mezclar su trabajo, practicando terapias acuáticas en piscina, con su hobby, el surf, algo que tenían a mano viviendo en Cádiz, una de las zonas costeras españolas en las que más se practica este deporte.Los excelentes resultados que tuvieron con su primer alumno, un niño autista, les animaron a crear una escuela, SoloSurf, que ahora cuenta con casi un centenar de alumnos discapacitados, desde niños a adultos, que disfrutan de una terapia que, cogiendo olas, les ayuda a trabajar en aspectos como el equilibrio, la coordinación, la concentración, la atención, el afán de superación o cómo afrontar la frustración.“A todos nos gusta el agua desde bebés y de eso nos aprovechamos nosotros para hacer esta terapia”, explicó a Efe Ana Gonzalo, mientras su compañero Jesús Borrego destacó cómo entre los numerosos beneficios psíquicos y físicos que se desarrollan con este trabajo, está el que a sus alumnos les ayuda a configurar su propia identidad.La experiencia, que fue pionera en su momento, se ha extendido ahora a otros lugares del mundo y ha servido como apoyo para la creación de escuelas similares en países como Chile, al tiempo que ha atraído la atención de profesionales que trabajan e investigan sobre el tratamiento del autismo y otras discapacidades.Es, según explicó Jesús Borrego, una actividad de “ocio educativo” que además genera “oportunidades de integración”, porque “normaliza la percepción social” de estas personas que, al hacer un actividad “inicialmente compleja”, pueden ser valoradas “por la habilidadad que demuestran y no por sus diferencias”.Las clases, que se desarrollan durante todo el año en las playas de la capital gaditana, incluyen ejercicios en tierra y, sobre todo, en el agua

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