Ya han pasado dos meses desde que Óscar López decidiera seguir los pasos de su compañero Diego Rodríguez y abandonase las filas del PP por su “desacuerdo” con la línea de la dirección del partido y, muy en especial, de su presidenta, Ascen Hita.
Un tiempo en el que, como subraya, “he tenido que ver cómo, deliberadamente, se ha puesto en duda mi compromiso y honor, siendo, incluso, acusado de haber tenido intereses oscuros y favorables al gobierno de Román”.
-¿Cómo se encuentra tras estos dos meses en el grupo de no adscritos?
- La verdad es que me encuentro bien, con mi conciencia muy tranquila y, muy en especial, convencido de que tomé la decisión acertada en el momento oportuno.
- ¿Qué le lleva a hablar ahora de su marcha del Partido Popular?
- Como digo, yo me fui en conciencia, exponiendo mi sentir a la dirección del partido y convencido de que, tras el silencio que recibí por respuesta a mis inquietudes, era la decisión más oportuna y, sobre todo, honrada.
No obstante, a lo largo de estos meses he tenido que escuchar de todo. Desde que falté a mis responsabilidades a que me he movido por intereses econónimos e, incluso, que he favorecido al gobierno de Román.
Acusaciones, todas, falsas y a las que he perferido responder ahora, con la cabeza fría y con la tranquilidad de alguien que, como yo, no necesita la política para comer.
- En su momento, usted habló de desacuerdos con la dirección del partido, ¿cuándo se puede decir que usted detectó esos cambios que no le gustaban y que, a la postre, condujeron a su salida?
- Yo entré a formar parte del PP local año y medio antes de las Municipales como vicesecretario de economía, empleo y turismo. Responsabilidad que asumí con compromiso e ilusión.
No obstante, tras las Andaluzas, en las que sacamos en Chiclana más de 14.000 votos, distintas circunstancias hicieron que la señora Hita se convierta en parlamentaria. Y, a partir de ahí, a un año para las Municipales, podemos decir que todo comenzó a cambiar.
Todas las políticas y ‘frentes’ a nivel local se volvieron políticas andaluzas.
Nuestros argumentarios, en su práctica totalidad, pasaron a ser los de la Junta y lo que, única y exclusivamente, se transmitió es lo ‘bien’ que lo hacía la Junta y lo bueno era Juan Moreno Bonilla. Nada más.
- ¿Cree usted que se renunció a la política local y, con ella, a la posibilidad de ganar las Municipales?
- Lo que es obvio es que política local pura y dura, por la que yo decidí dar el paso de entrar en el PP, no se hizo y ahí están los resultados.
Es cierto que se sacaron 9.000 votos, 3.000 más que en las anteriores Municipales, pero, desde las Andaluzas, no dejamos 5.000 por el camino.
- ¿Se puede hablar de oportunidad pérdida por parte del PP local?
- La ola de cambio estaba ahí y en muchas localidades se aprovechó. Aquí, quizás por algunas distracciones, no se trabajó cómo se debía y no se llevó la campaña electoral de la forma más idónea.
- Ante esta situación, ¿usted mostró su disconformidad?
- Sí, lo hice a nivel interno. Manifesté que todo no podía ser la Junta y que teníamos que trabajar y luchar por nuestro momento en Chiclana. Desgraciadamente, esto no ocurrió y, obviamente, lo pagamos en las urnas.
- ¿Cambió algo el escenario tras las Municipales?
- No, desde mi punto de vista no se hizo oposición. Con Hita más centrada en Sevilla, continuamos con el discurso de la Junta.
Esto nos llevó a seguir obviando los temas importantes para Chiclana, tomando una deriva de total servilismo hacia la Junta, que continúa a día de hoy.
A partir de ahí, entendí porqué la señora Hita fue la última candidata de las grandes ciudades en ser nombrada por el partido. Nombramiento que se hizo tras una encuesta que, entiendo, la señaló como la opción menos mala.
- ¿Cómo era el día a día ?
- Se tradujo en una acción pésima de oposición, llegando tarde a las propuestas y llevando iniciativas que, aunque ya elevadas, se volvían a presentar por interés de la Junta.
- ¿Cree que Hita prefirió seguir apostando por la Junta antes que por el PP de Chiclana?
- Creo que es obvio y, además, lícito que tuviese otras miras, pero los grandes perjudicados han sido y son el partido y, sobre todo, Chiclana, que perdió al gran partido de la oposición.
- ¿Cuál fue la gota que colmó el vaso de su paciencia?
- En los últimos tres o cuatro meses, la relación dentro del grupo municipal dejó de ser buena, la marcha de Diego Rodríguez es un claro ejemplo. En mi caso, perdí totalmente el contacto con el partido y se me dejó fuera de todas las decisiones, argumentando mi no asistencia por motivos de trabajo, ya que durante la semana tenía que viajar.
No hubo ningún interés por celebrar alguna que otra reunión los viernes o los sábados por la mañana, que es cuando yo podía.
Se me apartó de todo, se me ocultaron informaciones e, incluso, en los Plenos tenía que mirar a los compañeros para saber qué votar.
Llegados a este punto, lógicamente, me pregunté que qué hacía en el PP y, tras anunciar que me iba a tomar un tiempo de reflexión, me fui.
- A usted se le llegó a acusar de no asistir al Pleno de Presupuestos para beneficiar al Gobierno Municipal.
- Así es de falso y escandaloso. Hita me acusó de tenerlo casi pactado.
Yo lo único que puedo decir en mi defensa es que ella presentó una enmienda a los Presupuestos en el último segundo, sin tiempo de reacción, ya que a mí me llegó la convocatoria el día 24 de diciembre (Nochebuena) para el día 26 a las 9 de la mañana.
Como debería haber entendido la señora Hita, yo no vivo de la política y me fue imposible cambiar mi agenda de trabajo. Yo, sin avisar con el tiempo necesario, no podía dejar tirada a la empresa que me paga.
Lamentablemente,ella no entiende que la única persona que vive de la política en la oposición es ella; de ahí que tome las decisiones en base a sus intereses y, sobre todo, a su agenda de parlamentaria.
- ¿Cómo es su relación personal ahora mismo com Hita?
- Ahora mismo, no hay ninguna, ya que lo único que ha hecho en todo este tiempo es atacarme.
- Entre esas acusaciones, está que usted no renunció a su acta por intereses económicos.
- Así es, pero, como es obvio y comprobable, yo vivo de mi trabajo fuera de la política. A mí no me hace falta plegarme a nada que no sean los intereses de los chiclaneros.
Quizás esta acusación se explica porque ella no responde a esa frase que dice que: “El liderazgo ni se impone ni se compra”.
Y digo esto porque ella, y esto lo tienen que saber sus votantes, no cumple con su función de ir a la juntas de portavoces (habrá ido a 3 de 20 en esta legislatura), acudiendo otros concejales.
Asimismo, rota a los concejales en las comisiones informativas (da igual los temas que se traten) para repartir las asignaciones. Van por rotación para que, lejos de la importancia de los temas a tratar y el conocimiento que se tenga, cada uno tenga cada mes un dinero extra.
Poco liderazgo veo yo en esto y, en todo caso, con marcado interés económico, ese del que, curiosamente, me ha acusado a mí.
- ¿Qué le llevó a mantener el acta?
- Primero porque estoy en mi derecho (entiendo que algunos votos de chiclaneros conseguí por mi trabajo) y segundo porque, lejos de no interesarme mi ciudad, creo que debo seguir trabajando por ella, pero de verdad, lejos de la forma en la que lo hace la dirección del PP.
- ¿Le llegó a pedir Ascén Hita el acta a usted?
- Claro, pero lo hizo para justificarse ante sus jefes y con la boca chica.
Y digo esto porque luego, en los pasillos de la sede del PP, ella iba diciendo que no quería que entrase el número diez en las listas, José Manuel Macías. Ella ni quería ni quiere que entre él.
Es más, antes y ahora, ella se ha permitido el lujo de decirlo fuera del PP.
Estoy seguro que a ella lo que le hubiese gustado es que yo hubiera seguido, pero como una marioneta y eso no va conmigo.
De lo que no cabe la más mínima duda es que lo que la señora Ascén Hita quiere es tener un partido controlado, en el que no se mueva nadie, se defiendan a toda costa lo que llega desde la Junta y se renuncie a realizar esa oposición comprometida, responsable y persistente que esperan los votantes del PP