El 63 por ciento de los fisioterapeutas ha sufrido una agresión o ha tenido conocimiento de algún caso, pero el 89,7 por ciento de los profesionales agredidos no lo comunica, según revela un estudio realizado por el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE).
El documento recoge que el 45,9 por ciento de las agresiones a fisioterapeutas son verbales, el 10,7 por ciento son agresiones físicas, y el 6,7 por ciento sufrió ataques o amenazas a través de redes sociales. Además, precisa que el 45,6 por ciento de agresiones, bien sean verbales o físicas, tienen naturaleza sexual.
En cuanto al perfil del agresor, señala que el 66,4 por ciento son pacientes masculinos, frente a un 21,6 por ciento de pacientes femeninas. A su vez, un 13,2 por ciento son familiares o acompañantes masculinos, mientras que un 9,7 por ciento son familiares o acompañantes femeninos.
Por su parte, los resultados de la encuesta sugieren que las fisioterapeutas mujeres están más expuestas a sufrir agresiones, situaciones de acoso, abuso o discriminación.
Respecto al lugar habitual en el que se producen las agresiones, la mayoría de ellas suceden en los entornos de trabajo (92,5%), mientras que un cuatro por ciento tienen lugar en la calle y un 7,8 por ciento, en otros sitios.
RECONOCER Y COMUNICAR LA AGRESIÓN
Los resultados de esta encuesta, que se publican en la víspera del Día Europeo contra las Agresiones a Profesionales Sanitarios, pretenden enfatizar la importancia de que los fisioterapeutas sepan identificar qué es una agresión, cuándo deben denunciar y que lo comuniquen, al menos, en algunas de las vías que tienen a su alcance.
En este sentido, entre aquellos que sí comunicaron la agresión sufrida, solo el 8,6 por ciento acudió a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o autonómicos. El 67,6 por ciento de informaciones se tramitaron en el centro de trabajo; un 13 por ciento se denunciaron a sindicatos; y un 8,6 por ciento se denunciaron en el colegio profesional autonómico. El Observatorio del Acoso y el Hostigamiento con el que cuenta el CPFCM no recibió ninguna denuncia durante 2024.
Como han revelado otros estudios, el personal sanitario es un colectivo vulnerable para sufrir situaciones violentas y los fisioterapeutas inciden en que las características de su trabajo agravan estas situaciones.
"El contacto y la cercanía que conllevan a veces los abordajes de fisioterapia y la soledad en algunas consultas pueden provocar un aumento de insinuaciones, situaciones vejatorias, desagradables y fuera de contexto", ha señalado la componente del Observatorio del Acoso y el Hostigamiento del CPFCM y del Observatorio de Agresiones del CGCFE Montserrat Ruiz-Olivares.
El comisario Manuel Yanguas, interlocutor policial nacional sanitario, ha destacado que "cualquier insulto, vejación o un empujón son delitos", por lo que los profesionales sanitarios deben tomar conciencia de la necesidad de no normalizar ni justificar estas actitudes por parte de sus pacientes. "A veces hay empatía, como que 'tenía un mal día', pero es un delito", ha aseverado.
Así, Yanguas ha insistido en la necesidad de denunciar cuando se produzca una agresión, ya que eso activa un protocolo de acompañamiento para el profesional agredido. Asimismo, ha comentado que, cuando se denuncia y detienen al agresor, este "no reincide".
Del mismo modo, Yanguas ha detallado que la Policía Nacional, además de facilitar asesoramiento legal y acompañamiento psicológico, imparte cursos sobre herramientas y técnicas de autoprotección, estrategias, tácticas de negociación y técnicas de control de la distancia y evasión.