¿Qué significa esto para los propietarios de salinas o de explotaciones acuícolas? Pues simple y llanamente que ganarán tiempo a la hora de tener que llevar a cabo cualquier actuación a la hora de mejorar sus instalaciones.
Hasta ahora cada vez que pretendían poner en marcha cualquier proyecto tenían que pedir la correspondiente autorización a la Delegación Provincial de Medio Ambiente con el correspondiente retraso que ello suponía, puesto que mover cualquier papel en este tipo de administraciones conlleva un alargamiento en el proceso que, a veces, llega a eternizarse.
Una comunicación
Ahora bastará con que se comunique al Parque Natural o a la Delegación de Medio Ambiente que se va a llevar a cabo una actuación en las instalaciones, sin que haya necesidad de pedir la autorización pertinente como venía sucediendo hasta ahora.
Eso sí, en ningún momento se pueden realizar proyectos que vayan a poner en peligro la conservación de los valores naturales sobre lo que se asientan este tipo de actividades.